Roma, Italia.- La moda de los llamados "candados del amor", que las parejas de enamorados empezaron a colocar en el puente Milvio de Roma, se extiende como una "plaga" por todo el mundo, y ahora ha llegado hasta el puente de Rialto, donde la administración veneciana asegura que no lo permitirá.
La última guerra contra los candados del amor se libra en Venecia, donde ya aparecieron y fueron inmediatamente retirados del puente del Academia y de los Descalzos.
Pero el último y terrible descubrimiento para la administración veneciana ha sido que los enamorados han atacado también el puente de Rialto, el más antiguo y famoso de los cuatro que cruzan el Gran Canal y uno de los símbolos de la ciudad.
"Estamos preparados para intervenir. Ya aparecieron algunos candados en el puente de la Academia y los quitamos en seguida y así lo haremos en Rialto, que es un caso aún más grave", ha asegurado la responsable del departamento de decoro urbano de Venecia, Stefania Battaggia, en el diario local "Nuova Venezia".
El ayuntamiento veneciano espera así detener una plaga que invade otros puentes italianos y que, en el nombre del amor, deteriora un patrimonio cultural.
Lo que en un primer momento es un gesto de amor representado con un candado, cuya llave viene arrojada al río para asegurar la eternidad, después se convierte en masa de objetos oxidados que corroe y afea el monumento.
Todo surgió a partir del libro del italiano Federico Moccia "Ho voglia di te" (Tengo ganas de ti), que se llevó al cine en 2006, y en el que sus protagonistas enganchan un candado a una de las farolas del puente Milvio como símbolo del amor eterno.
Pero el gesto de amor se ha convertido en una moda peligrosa, pues miles de candados fueron enganchados en las farolas del puente romano con el peligro de que estas cayesen por el peso.
En aquella ocasión se tuvieron que colocar 24 columnas de metal a lo largo del puente para que los enamorados pudiesen colgar sus candados.
La moda se difundió rápidamente y los candados comenzaron a inundar muchos de los puentes y monumentos emblemáticos de toda Italia, como el Puente Vecchio en Florencia o la casa de Julieta en Verona.
El ex alcalde de Florencia Leonardo Domenici retiró los cerca cinco mil candados que habían cubierto el puente Vecchio y ordenó multar con 50 euros (unos 72 dólares) a quienes deteriorasen con sus muestras de amor eterno cualquier símbolo de la ciudad.
El asalto de los candados ha llegado también a las principales ciudades europeas y se pueden observar colgados en los puentes de París, Lituania, Hungría e incluso, según señala hoy el diario "La Repubblica", en la Gran Muralla china.
De nuevo la noticia ha creado polémica entre los eternos románticos y los detractores de la moda de los candados y el principal acusado es el creador de esta manía: el escritor Moccia.
"No me arrepiento de haber creado esta moda. Me divierte. Los candados son un símbolo de amor y un motivo de orgullo. Ahora además los turistas visitan el puente Milvio y yo de esto estoy orgulloso", explica Moccia en una entrevista publicada hoy en el diario "La Repubblica".
Además, añade el escritor de libros para adolescentes, "es mejor un candado que una pintada en una pared".
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