Chen Nong, un empleado del zoológico de Wuhan, en China tiene que vestirse a rayas cada vez que llega el turno de alimentar a una pequeña cebra que no acepta comida de otras personas ni con otra vestimenta. Las autoridades del parque declararon que en principio quisieron dejar esa tarea para el padre de la cebra, pero el adulto no hacía más que rechazarla a patadas. Fue entonces cuando decidieron que un humano se encargue de su alimentación.
Sin embargo, la pequeña cebra se negaba a recibir su alimento hasta a Chen se le ocurrió utilizar una prenda a rayas blancas y negras para ingresar a la jaula. Así fue como la cebrita lo aceptó y ahora cada vez que Chen se acerca con su camisa rayada, el animal se pone contento y consume su ración diaria con gusto.
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