lunes, 1 de agosto de 2011

Pudo vengarse de agresor; no quiso

Teherán, Irán.- Los pensamientos de Ameneh Bahrami estuvieron plagados de ansia de venganza durante siete años. El pretendiente rechazado que arruinó su vida a los 26 años lanzándole ácido en el rostro estaba condenado a sufrir un destino similar. Pero en el último minuto, la víctima dio marcha atrás.
El ataque ocurrió en octubre de 2004, cuando los dos eran estudiantes en la universidad de Teherán. Ella rechazó su propuesta de matrimonio y él respondió lanzando ácido en su rostro, desfigurándola y cegándola.
“Precisamente lo que me hizo es lo que debería sufrir. Por eso es por lo que continúo viviendo”, dijo recientemente Bahrami. Y la Justicia iraní le dio la razón: en 2008 aprobó un castigo basado en el “ojo por ojo”, en el que la víctima podía verter, con un cuentagotas, ácido en los ojos de Mayid Mowahedi. Pero cuando llegó la hora de aplicar la sentencia, Bahrami se negó en el último minuto.
“Lo hice por varias razones: por Dios, por mi país y por mí misma” , dijo Bahrami a la agencia de noticias ISNA, añadiendo que su propia familia estaba contra el castigo y asegurando que la decisión la ha liberado.
Bahrami insistió en que no ha recibido compensación alguna, alegando que su demanda de hace dos meses de dos millones de euros (2,9 millones de dólares) la realizó solamente para poner de manifiesto que las organizaciones de derechos humanos no la ayudaron en lo más mínimo.
Los motivos del cambio de parecer siguen sin explicación. Algunos creen que Bahrami recibió la promesa de dinero para pagar su tratamiento médico en el extranjero.
El fiscal general iraní, Abbas Yafari Dolatabadi, dejó claro que Mowahedi seguirá en prisión hasta que haya pagado la compensación necesaria. “El hombre y su familia no tienen dos millones de euros, pero tendrán que pagar una suma considerable”, dijo un abogado de Teherán.
Pero no está claro que ello sea suficiente para las operaciones que Bahrami necesita. Bahrami necesitará al menos cinco operaciones para cambiar su aspecto.
Además, necesitará otra cirugía más compleja para devolverle la vista en al menos un ojo. Las operaciones a las que se sometió en España en 2007 le devolvieron la vista en el ojo derecho, pero una infección posterior le provocó de nuevo la pérdida.
Irán saludó la decisión. Dolatabadi Fue muy valiente por su parte" , dijo Dolatabadi. El gobierno iraní es consciente de la indignación que ese castigo habría generado en el extranjero.
Otros en Teherán esperan que el caso Bahrami impulse los derechos de las mujeres. Las leyes actuales amparan a los hombres iraníes por encima de las mujeres en cuestiones como el divorcio o la custodia de los hijos. El adulterio, por ejemplo se castiga con severidad contra ellas.
“Di marcha atrás de mi idea de venganza, pero los atacantes de estos crímenes deben saber que éste es su verdadero castigo”, dijo la propia Bahrami.

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