Guadalajara, Jalisco.- Mientras su familia lloraba sus restos en una urna (tras su incineración) y se le rezaba un novenario, él llegó en taxi a su casa.
Rodolfo Becerra López, de 76 años de edad, arribó caminando causando el asombro de sus parientes porque no estaba muerto y no sabía dónde estaba.
El ancianito -por demencia senil- suele olvidar las cosas.
Así que tuvieron que devolver al Servicio de Medicina Forense (Semefo) los restos cremados de un desconocido, quien murió en la Cruz Roja luego de ser atropellado en la colonia San Marcos de Guadalajara y que originalmente pensaron era don Rodolfo por la similitud de sus características físicas.
Ante la Procuraduría de Justicia de Jalisco, el ancianito y su hijo acudieron para rendir la declaración de los hechos y se diera marcha atrás al acta de defunción.
Así quedó asentado, que Rodolfo había salido de su vivienda el 24 de julio y no habían sabido nada de él, hasta que supuestamente encontraron su cuerpo en el Semefo y procedieron a cremarlo, pero ahora se daban cuenta que el cadáver era de otra persona.
El hijo también declaró que cuando le avisaron que su padre le esperaba en casa, hasta le molestó, pues le pareció una broma de mal gusto y fue hasta cuando lo vio cuando confirmó que estaba vivo. Su padre le dijo que andaba paseando cerca de Mazamitla.
Don Rodolfo confirmó los hechos. Dijo que anduvo paseando y durmiendo en parques, comiendo en la calle, hasta que decidió regresar a casa y hasta discutió con el taxista porque le cobró 120 pesos en lugar de 80.
Ahora en el Semefo permanecen las cenizas del occiso confundido, en espera de que sean reclamadas por sus parientes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario