miércoles, 29 de febrero de 2012

DESCONCHADA
En medio de una tormenta, una tortuguita pierde su concha y desesperada va donde su abuela:
- Abuelita, tengo un problema, ¿me dejas cobijarme de la tormenta en tu concha?
La abuela se niega rotundamente. La tortuguita parte donde sus hermanos:
- Hermanos míos, perdí mi concha y estoy en problemas, ¿me dejan cobijarme de la tormenta en su concha?
Al igual que la abuela, los hermanos se niegan. Como último recurso parte donde su madre:
 Madre mía, ¿me dejas cobijarme bajo tu concha?
Con voz materna, la madre responde:
- ¡Claro, hija mía!
MORALEJA:
- Cuando tengas problemas, ándate a la concha de tu madre.

VARIOS FEMINISTAS
- ¿Por qué hay más mujeres que hombres? - Porque la Madre Naturaleza es sabia.
- ¿En qué se parece un hombre al Windows? - En que cada vez que sale parece que lo incluye todo, pero al final siempre aparece una versión que lo reemplaza.
- ¿Por qué a los hombres les gustan tanto los autos y las motos? -Porque son lo único que pueden manejar.
- ¿Por qué existe el machismo? - Porque de ilusiones también se vive.
- ¿Por qué Dios hizo primero al hombre y después a la mujer? - Porque echando a perder se aprende.
- ¿Por qué el hombre ladea la cabeza para pensar? - Para que sus dos neuronas hagan contacto.
- ¿Cómo vuelves loco a un hombre en la cama? - Escondiéndole el control remoto de la TV.

JUAN Y JOSÉ
Dos gallegos fueron de visita a Estados Unidos, uno de ellos se llamaba Juan, y el otro José.
Ellos llegaron a la estatua de la libertad, y pregunta José:
- Pues, oye Juan, ¿De quién es esa estatua?
- Pues, no lo sé, vamos a preguntar.
Se encuentran a una señora y le preguntan:
- Señora, señora, ¿Sabe usted de quién es esta estatua?
Y la señora dice:
- What's the matter?
Juan y José dicen:
- Juan Samara, pues que millonario que es.
Luego visitan el puente Golden Gate, y José le hace la misma pregunta a Juan, por lo que le van a preguntar a otra señora, y ésta le contesta lo mismo.
Viajan por todo el país, y parece que todo le pertenece a Juan Samara, al final, van a un funeral, y José pregunta:
- Pues Juan, ¿Quién murió?
- Pues no sé, vamos a preguntar.
- Señora, señora, ¿Quién murió?
La señora contesta:
- What's the matter?
- ¡Juan Samara! ¿Y a quién le dejó toda su fortuna?
La señora les contesta:
- What do you say?
Y ellos entendieron:
- a Juan y a José.

CORNUDO
Dos obreros de la construcción conversan durante el almuerzo:
- ¿Sabes quién es Miguel de Cervantes?
- Pues no...
- ¡Qué tonto eres! Deberías ir a la nocturna.
Al día siguiente, el primero vuelve a preguntar:
- ¿Sabes quién es Albert Einstein?
- Pues no...
- ¡Qué tonto eres! Deberías ir a la nocturna.
Otra vez, siguiente día, el mismo obrero pregunta:
- ¿Sabes quién es Karl Marx?
- Pues no...
- ¡Qué tonto eres! Deberías ir a la nocturna.
Entonces el otro, ya harto, le dice:
- Y tú, ¿sabes quién es Pedro Toro?
- Pues no...
- ¡Qué tonto eres! Es el tipo que se acuesta con tu mujer, mientras vas a la nocturna.

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