¿Sabe qué tienen en común el angoleño Francisco Domingo Joaquim "Chiquinho" y el futbolista uruguayo Diego Forlán?
Los dos figuran en el libro Guinnes de los Récords.
El primero es, según ese registro, la persona con la "boca más ancha del mundo" (17 centímetros), mientras que el segundo fue retratado por un dibujante de su país en la caricatura más grande del mundo (tan grande como el tamaño de una cancha de fútbol).
Pese a que la utilidad de estas marcas es discutible, son muchos los que quieren aparecer en el libro que publica cada año la organización de los Récords Mundiales Guinness (GWR, por sus siglas en inglés).
Según informa el organismo en su página web, cada año recibe más de 50.000 solicitudes de personas interesadas en romper récords mundiales.
La novia más bella del mundo
Sin embargo, no todas son tomadas en consideración y por eso hay una serie de normas para decidir qué vale y qué no.
Según le dijo uno de los responsables de GWR Mike Janela a la radio estadounidense NPR, en general la clave para un eventual nuevo récord es que se pueda medir, romper, verificar y que sea interesante.
Janela explicó que en función a esos criterios, el organismo ha tenido que rechazar algunas solicitudes de récords como la de una joven que decía ser la novia más bella del mundo o el de alguien que se atribuía la autoría de la aerolínea de papel más pequeña del mundo.
También había un hombre que decía tener control mental sobre competiciones deportivas o el de otro que decía ser el que más había esperado desde que pidió una cita a una mujer hasta que finalmente la pudo tener.
Y aunque la línea entre lo que puede ser un récord o no puede parecer bastante delgada, parece que hay quienes le han tomado el pulso a los récords, como Ashrita Furman, quien ostenta más de 100 récords mundiales. Entre ellos, por supuesto, el de ser la persona con más récords mundiales.
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