Aquiles Serdán, Chihuahua.- Para los que creen que los perros, gatos, caballos y otras mascotas también van al cielo y por ello merecen descansar un paz, existe 'Senda de Eternidad', un cementerio en el que caben todas las criaturas.
Dueños amorosos viven intensos duelos tras la muerte de sus mascotas, al grado de sepultarlas en ataúdes y llevarlas en carroza hasta esta última morada situada en el área rural del sur de la ciudad de Chihuahua.
Como en el cielo, aquí todas las mascotas son bienvenidas, desde los perros más modestos, los caballos más testarudos, los gatos más orgullosos y las iguanas más incomprendidas.
También la tierra de 'Senda de Eternidad' abre su cálido abrigo para conejos, pájaros, hurones y gansos de vida breve.
Aquí yace también uno de los perros más longevos del mundo, siendo este un pastor alemán de más de 18 años.
Lo mismo descansan aquí caballos que dieron a ganar miles de dólares a sus amos y equinos que dieron su vida por divertir a muchos en circos espectaculares, que detuvieron su marcha festiva para rendir un homenaje póstumo para estas criaturas, al sepultarlos en un cementerio.
"El duelo se vive con mucha intensidad, porque para muchos las mascotas llegan a ser parte de la familia, por lo que es frecuente verlos cada 15 días trayendo flores a sus tumbas", dijo Óscar Pasillas Villa, fundador de este concepto que ahora cumple 5 años y que alberga a unas 400 mascotas.
El empresario comentó que la dignificación de la muerte de los animales ya es un hecho frecuente en la región.
Este cariño se ve reflejado los epitafios plasmados en las pequeñas lápidas, en los que las familias agradecen la muchas veces breve compañía de perros, gansos, cerdos, conejos, hurones, iguanas, gatos, caballos y pájaros.
"Me gustaría que cuando me quedo aquí a dormir, salieran todas las mascotas, todos los animalitos corriendo, pero no, todos descansan ya en paz", dijo quien también se encarga de hacer labores de sepulturero y administrador.
Pero no sólo hay mascotas locales y nacionales, sino también animalitos cuyos dueños provienen de Francia, Alemania y China, y esos idiomas se reflejan en tiernos epitafios.
"Los amos extranjeros me piden plasmar epitafios en su idioma de origen, en los que les expresan la gratitud y amor eternos por la agradable compañía que les dieron", indicó el empresario.
Así lo expresó la familia estadounidense que amó al pato 'Ferdinard', al que en inglés le grabaron en una placa que siempre vivirá en sus corazones, luego de 6 años de convivencia.
También aquí yace Eddy, un perro dálmata que fue la alegría de un músico durante nueve años y a quien en su epitafio le grabaron unas notitas musicales.
Un homenaje intenso se refleja en la tumba de las yeguas 'La Tordilla' y 'La Canela' a quienes se les destacó por su fidelidad y valentía a la hora de correr el cuarto de milla.
Ya hasta el epitafio jocoso en honor al perro Donald, corona este espacio de ternura y compasión de los animales: '¿Dónde está Donald? Aquí ta, gracias por tanto amor'.
Los espacios son económicos, de no más de mil 200 pesos por lote, con un pago extra de 2 mil pesos por lápida rotulada y por dos años prorrogables.
A Pasilla Villa todavía le conmueve el duelo que viven los amos de las mascotas, al llegar en carrozas para sepultar entre llantos y rezos, en pequeños féretros, a sus animalitos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario