lunes, 30 de mayo de 2011

Sobrevive en un pantano bebiendo su propia orina

El colombiano Francisco Piedrahita dijo que un día después de que se extravió en un pantano de Luisiana hubo un momento en que escuchó a los rescatistas y gritó pidiendo ayuda, y que incluso alguien le contestó en español, pero que pasaron otros tres días para que fuera rescatado.
El rector de una universidad colombiana, de 65 años de edad, dijo que para sobrevivir comió algunos tallos de plantas. "De beber, tuve que usar orina", agregó.
El catedrático habló con los periodistas el jueves por la noche, justo antes de ser dado de alta de un hospital al que fue llevado después que un helicóptero policial lo halló el miércoles por la tarde. En total pasó cuatro días perdido en un pantano de Luisiana.
"El domingo por la mañana, escuché sirenas ... y tuve la mejor sensación", dijo Piedrahita. "Media hora después de las sirenas oí ladrar a un perro. Grité: '¡Ayuda! ¡Ayuda!' y un hombre respondió en español: '¿Donde está usted?' y respondí '¡Aquí! ¡Aquí!'''.
Cuando pasó el tiempo, se asustó.
Se le preguntó si en algún momento perdió la fe. "Tiendo a ser optimista y muy racional", respondió el rector de la Universidad Icesi, en Cali. Su esposa Claudia y sus hijos Esteban, de 39 años, y Vicente, de 29, estaban en la habitación.
Piedrahita sostenía un pato de madera que le regalaron funcionarios y el personal de la Unidad Barataria del Parque Histórico Nacional Jean Lafitte, una zona de 9.300 hectáreas (23.000 acres) de pantanos, marismas y bosques cerca de Nueva Orleáns, donde se perdió el sábado durante un paseo para fotografiar patos salvajes de colores brillantes.
El catedrático dijo que se apartó del camino para buscar una laguna que no encontró, pues ésta se había secado. Agregó que pasó la mayor parte del tiempo en una especie de islote.
"Era un tronco de ciprés y un poco de lodo más alto" de unos 3,2 metros (3,5 yardas) de longitud.
Los mosquitos, las moscas y el calor húmedo del sur de Luisiana lo atormentaron. Dijo que podía oír ruido del tránsito "durante todo el día y toda la noche", pero que no sabía cómo llegar a él.
Dijo que caminaba "de este árbol al otro árbol" y viceversa. Agregó que escribió notas para sí mismo. También fotografió su área inmediata, pero dijo que prefirió no tomar muchas fotos porque tenía miedo de que la batería de la cámara se acabara.
El catedrático se recuperó muy rápidamente de la deshidratación, la exposición al sol, la pérdida de masa muscular, los problemas gastrointestinales y los problemas de riñón, dijo el doctor Robert Chugden, jefe del servicio de urgencias del hospital.
Cuando le preguntaron si volverá al parque, dijo que sí. Se le preguntó si seguirá las sendas marcadas. El rector contestó: "Sí. Y no (iré) por esa senda a menos que me garanticen que habrá un pato esperando".

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