El pueblo de Sarah Palin en Alaska, Wasilla, está envuelto en una polémica genital general luego de que una escultura que tiene cierto parecido a una vagina (si queremos ser precisos deberíamos de decir que es vulviforme, pero en estos casos la liga se estira “como una vagina”) haya sido colocada enfrente de una escuela preparatoria.
Al parecer los estudiantes de Wassila High School no pueden dejar de hacer bromas (pussy jokes) sobre la escultura (que es cultura, también), llamada Warrior Within (y todo puede tener doble sentido aquí y en Wassila), y que tiene un valor de 100 mil dólares.
El director de la escuela, un tanto perturbado cree que tal vez si hubiera preparado a los estudiantes para la obra, explicando que se trata de un escudo de guerrero, ésta habría sido recibida de otra forma. “Es un gran concepto que reflexiona sobre lo que significa ser un guerrero”. La obra realizada por artistas locales supuestamente evoca “el destello de la inspiración” (y ciertamente para muchos estudiantes la forma sugerida es una gran “inspiración”).
Ciertamente la escultura no necesariamente es una vagina. Pero para las hormonas adolescentes que acaban de ver la forma sagrada en los libros de texto, encontrarla, pareidolia o no, en el mundo exterior es sin duda un estímulo ineludible.
Lamentablemente para la libre expresión, la vagina-escudo ha sido cubierta. Como siempre sucede: por culpa de los padres de familia que quieren imbuir sus represiones sexuales en sus hijos.
Por otro lado, el malentendido no tiene poco simbolismo. Aunque esto sea también otro malentendido, pocas cosas han inspirado en la historia a grandes batallas como las mujeres –así que una vagina guerrera tiene sentido. Y si uno quiere entrar en excesos hermenéuticos: ¿qué hace ahí el cono de pino de la glándula pineal dentro de la vulva broncínea?
En otra ocasión, una controversia similar surgió en un poblado de Minnesota, luego de que alguien hiciera una escultura de una marmota con una vagina gigante.
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