El problema de las defecaciones de los perros en la calle tiende a eternizarse. Ahora resulta que ni siquiera el recogerlas en una bolsa de plástico y tirarlas a la basura es suficiente. El plástico, ya sabes, se lleva mal con la ecología y la sostenibilidad.
No sabemos porqué el genial congelador de cacas de perro no ha triunfado, pero ahora llega lo último en la gestión de ese tipo de residuos: El incinerador portátil de cacas de perro Ash Poopie.
Tengo que decir que, viendo la foto de esa especie de espada láser intergaláctica, el tema me parece muy atrayente. Si amigos, cuando apuntamos a un truño canino (o humano, supongo) y apretamos el botón de disparo, consigue lo inaudito: incinerarla en segundos, dejando en su lugar un montoncito de ceniza perfectamente ecológica, reciclable y, supongo, inodora.
La mala noticia es que el mágico artilugio no ha sido todavía presentado en sociedad. El fabricante no quiere desvelar los detalles de funcionamiento hasta su estreno oficial, en Febrero de 2012 en la GlobalPet Expo de Orlando. Lógicamente, informaremos extensamente en cuanto tengamos más datos.
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