México, DF.- Se ha preguntado ¿lo rico que sería tomarse por las tardes un buen whisky? Disfrutar el saborcito a barrica de madera. Y no sólo eso, ponerlo en el escritorio y apurarlo de sorbo en sorbo delante del jefe.
¿Imposible? No tanto. Porque la bebida hecha de cebada y agua no tiene alcohol.
Entonces ¡vamos a tomar un whisky! sugieren sus fabricantes Scottish Spirits Ltd de Panamá, quienes fabrican la marca Arkay, que en opinión de Gavin D. Smith y Tom Cannavan de whisky-pages.com, brindan el genuino sabor del escocés auténtico.
“Es perfecto para beberse solo, con refresco, té y otras mezclas, pues es el resultado de diez años de investigación y desarrollo”, dice la publicación especializada.
En fin, una nueva oportunidad de pasar una velada agradable y luego manejar de regreso a casa sin temor al alcoholímetro.
O de convertir la idea en un buen negocio entre las comunidades o agrupaciones que no acostumbran el alcohol, con bares que implementen la ideología de cero alcohol provistos de enormes pantallas de televisión para comentar el juego con los amigos.
También, generar un nuevo concepto de negocio en el que el bar, a prueba de alcoholímetros, ofrezca amenidades como tableros de ajedrez, café, un golfito, alguna mesa de ping pong, un karaoke o algún espacio para atender al perro de la familia y degustar de su bebida favorita.
Conceptos novedosos que conquisten la imaginación de grupos sedientos de un buen momento con los amigos, disfrutando la buena cocina y la buena bebida.
“Este producto es perfecto para los mercados de Oriente Medio o de Asia en países como Pakistán, Indonesia o cualquiera que posea una abundante población musulmana que representa un mercado de alrededor de mil 300 millones de consumidores “, según Smith y Cannavan.
Un nicho de mercado para quienes huyen de los efectos del alcoholímetro y buscan, por el contrario, diversión sin comprar problemas.
Y si así van las cosas en los países industrializados, ¿porqué no diseñar aquí un pulquito o una cerveza sin alcohol para tomarse con su limoncito con los amigos, o bien fría en plena sala de juntas. O también, ¿por qué no? para obsequiar al bisabuelo de la familia.
Diseñar su propia Cantina Cero Alcohol para compartir con los amigos de alcohólicos anónimos en un ambiente acogedor, siempre y cuando resistan el típico olor a whisky sin recaer en la adicción al alcohol.
Porque la última edición de Alcoholism Clinical & Experminental Research advierte del peligro de las recaídas para quienes no pueden controlar el deseo de ingerir whisky verdadero.
Aunque también hay quienes opinan que estas bebidas son perfectas para la “recuperación en estado de sobriedad” bajo vigilancia médica.
Entonces, dependiendo de cada caso en particular, esta novedosa industria ofrece la posibilidad de adquirir una amplia gama de cervezas sin alcohol, como una lata bien helada de Kirin Free o la esbelta botella de Baltika, a la que se le extrae el alcohol por medio de un proceso de diálisis, dejando en su interior una treintena de sustancias minerales y las vitaminas esenciales.
“Baltika Número Cero es la cerveza sin alcohol más popular de Rusia”, afirma Business Analytica Agency.
El whisky tradicional es fabricado a base de granos de cereal que son molidos y luego añejados en barricas de madera, tradicionalmente de roble blanco. Y es sometido a temperaturas que oscilan, según el gusto de su productor, entre los 35 y los 50 grados centígrados.
En Inglaterra y Canadá se le conoce como whisky, pero en Irlanda y Estados Unidos se le llama whiskey.
Según zonadiet.com, el Whisky escocés es inimitable porque solamente Escocia dispone de aguas de deshielos que provienen de formaciones rocosas de granito colorado.
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