jueves, 10 de noviembre de 2011

Se consume más alcohol por el norte de Europa que por el sur

La relación entre el consumo de alcohol y el daño a la salud es más intensa en los países bálticos y Suecia que en Italia, según indica un nuevo estudio europeo. Sus hallazgos, publicados en la revista Alcoholism: Clinical & Experimental Research, indican que la parte norte de Europa tiende a registrar más consecuencias dañinas del alcohol por la propensión más acusada de su población a beber dosis elevadas de forma esporádica.
Estudios anteriores han demostrado la existencia de una relación dosis-respuesta entre el alcohol y sus consecuencias sanitarias como la cirrosis hepática. Además, estudios recientes han destacado una conexión entre el incremento del consumo de alcohol y una mayor incidencia de problemas como la violencia interpersonal. Pero la relación de riesgo puede estar influida por varios factores, como el patrón de consumo de alcohol, características de los contextos sociales de ese consumo y el comportamiento en estado ebrio. El estudio referido destaca que esta función de riesgo podría depender del contexto cultural más amplio en el que se bebe.
«Estudios anteriores sobre países del oeste de Europa han indicado que la intensidad de la relación entre el alcohol y sus perjuicios parece estar supeditada al contexto cultural en el que se bebe», explicó Jonas Landberg, investigador del «Centro de investigación social sobre el alcohol y las sustancias estupefacientes» de la Universidad de Estocolmo y único autor del estudio.
«Por ejemplo, los países del norte de Europa, donde el consumo de alcohol hasta el punto de la intoxicación es más común, suelen registrar una mayor incidencia de problemas relacionados con el alcohol y de mortalidad por litro de alcohol consumido que en los países del sur de Europa, donde el consumo de alcohol es más habitual y forma parte de la cotidianeidad. En este estudio comparé las estadísticas de los tres países bálticos (Estonia, Letonia y Lituania) con las de otros dos países muy distintos pero representativos de las culturas europeas en cuanto al consumo de alcohol: Suecia, supuestamente similar a los países bálticos en este aspecto de su cultura, e Italia que se asumió era marcadamente diferente.»
En alusión a los resultados, el profesor de la Universidad de Estocolmo Thor Norström declaró: «Entre los países europeos se dan diferencias mucho más acusadas en cuanto a la cultura del alcohol y los patrones de su consumo que entre regiones de los Estados Unidos». Dadas estas diferencias, sugirió, los investigadores europeos pueden interesarse por analizar las variaciones entre culturas y sus consecuencias en el sentido de perjuicios.
Usando datos recabados mediante 2 encuestas de población de unos 1 000 individuos de cada uno de los 5 países mencionados, el Dr. Landberg evaluó el riesgo de sufrir problemas derivados del alcohol conforme a los volúmenes consumidos reconocidos por los propios encuestados.
«Según mis hallazgos, la mayoría de individuos que incrementaban su consumo de alcohol presentaban riesgo de sufrir alguna patología derivada del alcohol», aseguró el Dr. Landberg, «pero también que quienes viven en los países donde las situaciones en las que se consume alcohol con frecuencia acaban en intoxicación (como Suecia y los países bálticos) experimentan con más frecuencia problemas derivados del alcohol al incrementar su consumo que quienes viven en Italia, donde sobre todo el alcohol acompaña a las comidas y son menos frecuentes las intoxicaciones.»
Estas diferencias resultan de una serie de factores. Según Landberg, el principal probablemente sean las diferencias culturales en los patrones de consumo de alcohol. Los nórdicos suelen beber de tal forma que plantean más probabilidades de sufrir problemas derivados del alcohol que los habitantes del sur de Europa.
«No obstante, los resultados también podrían reflejar diferencias culturales en la actitud de la gente frente al alcohol y sus perjuicios», señaló. «Por ejemplo, en un país como Suecia, donde la bebida se considera problemática, se suelen atribuir al alcohol los daños sufridos por alguien que ha estado bebiendo. En cambio, es menos probable que la gente atribuya esos problemas al alcohol en un país como Italia, donde el alcohol no se considera problemático sino un elemento de la vida diaria.»
Por su parte, el profesor Noström opina que la relación entre alcohol y perjuicios es más acusada en el norte de Europa por la tendencia al consumo intensivo . « Que yo sepa, se trata del primer estudio a nivel individual en el que se ha evaluado el riesgo de sufrir problemas derivados del alcohol en relación con el volumen consumido en los países bálticos y en el que se han comparado directamente los resultados obtenidos con las estadísticas de países del oeste de Europa», adujo Landberg.
«Mi aportación a este ámbito es, principalmente, que los países bálticos son parejos a los nórdicos en cuanto a la relación causa-efecto entre el consumo de alcohol y consecuencias negativas. La intensidad de esta relación de riesgo se puede describir como un gradiente, es decir, máximo en la parte norte de Europa (como Suecia y Finlandia) y una disminución gradual cuanto más al sur se esté (como Francia e Italia).»

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