Todo parecía estar perdido pero la naturaleza quiso que Ryan Marquiss sobreviviera. Este niño norteamericano nació con una malformación llamada ectopia cordis. Su corazón estaba fuera de la caja torácica, por lo que la esperanza de que sobreviviera era casi nula. Los médicos, que diagnosticaron el problema a las 12 semanas de gestación, no eran optimistas y alertaron a los padres de que la mayoría de estos casos tenía un final fatal. Pese a ello, los progenitores decidieron seguir con el embarazo y ahora, tres años después y con numerosas operaciones a sus espaldas disfrutan del pequeño Ryan.
Ryan Marquiss nació con ectopia cordis, una malformación que consiste en una ubicación infrecuente del corazón fuera de la caja torácica.
Los médicos, que descubrieron la deformación a las doce semanas de gestación, no esperaban que el pequeño pudiera sobrevivir. Pese a ello, la naturaleza les ha desafiado y ahora Ryan vive casi como un niño normal.
Según publica el diario Daily Mail, la malformación que sufría Ryan es una condición muy poco frecuente y, en la mayoría de los casos, los bebés nacen muertos o fallecen a los pocos días.
Pese a las advertencias de los doctores, los padres de Ryan decidieron seguir con el embarazo. "Queríamos dejar que la naturaleza siguiera su curso. Sabíamos que sería un milagro si sobrevivía", tal y como asegura su madre.
"Los médicos nos dijeron que ningún bebé con su condición había sobrevivido, por eso, el hecho de que esté aquí con nosotros es simplemente increíble", prosigue.
Tras el nacimiento, el pequeño Ryan tuvo que someterse a una operación de urgencia para recolocar el corazón.
Ahora, tres años después y con varias operaciones posteriores a sus espaldas, el menor disfruta de la vida como cualquier niño de su edad.
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