Sevilla, España.- El Hospital Universitario Virgen del Rocío de Sevilla ha acogido el nacimiento de Estrella, el segundo bebé seleccionado genéticamente en España y que nace libre de una enfermedad genética hereditaria. La recién nacida, que llegó al mundo el pasado sábado, permitirá salvar a su hermano Antonio, afectado de aplasia severa, una grave enfermedad hematológica que provoca la desaparición de las células encargadas de la producción de la sangre en la médula ósea.
Éste es el segundo caso que se registra en España, después del conseguido también en este mismo hospital sevillano en 2008, cuando se registró el que fuera el primer caso realizado íntegramente en España.
Fue el caso de Javier, nacido el 12 de octubre de 2008 en el Virgen del Rocío de Sevilla, que permitió meses después salvar la vida de su hermano Andrés, que estaba afectado de beta-Talasemia mayor y al que se le efectuó un trasplante de sangre de cordón umbilical de Javier.
El director de la Unidad de Genética, Reproducción y Medicina Fetal de este hospital, Guillermo Antiñolo, ha explicado que en este nuevo caso primero se buscó en la red española de médula ósea (red REDMO), si bien no se encontraron donantes compatibles con el caso de Antonio.
Por su parte, el responsable de la Unidad de Hematología del Virgen del Rocío, José Antonio Pérez Simón, ha concretado que el nacimiento a término de Estrella se produjo por cesárea el pasado día 11 de febrero a las 11.40 horas, con un peso de 3.480 kilogramos de peso.
Tras el parto, tanto Pérez Simón como Antiñolo han explicado que la sangre de su cordón umbilical quedó almacenada en el Banco andaluz de Cordón Umbilical, ubicado en Málaga, donde permanecerá hasta que el equipo de la Unidad de Hematología acreditado a nivel nacional para el trasplante pediátrico de progenitores hematopoyéticos, programe el momento del trasplante para Antonio, opción terapéutica para su grave enfermedad.
Preguntados por la probabilidad de éxito para Antonio, ambos especialistas han aclarado que el porcentaje de éxito ronda el 70%, "aunque ello dependerá de las condiciones con las que llega cada paciente en el momento del trasplante". Además, han subrayado que la posibilidad de llevar a cabo otra opción que no sea un trasplante "no existe".
Aún así, Pérez Simón ha asegurado que si el trasplante va bien "la calidad de vida esperable a largo plazo es buena y el niño podrá llevar una vida normal", pese a que es un procedimiento "muy complejo y largo".
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