
Las gotas óticas contienen diez veces la concentración del producto químico antibacteriano, cloranfenicol, que las soluciones para los ojos. Es por eso que después de haberse echado en dos o tres ocasiones la solución que el farmacéutico le había vendido, hizo que los ojos de la pequeña comenzaron a arder y a hincharse ya que las gotas que se había administrado servían, en realidad, para tratar un problema de oídos y no de ojos.
Su madre, Claire Morley, ha declarado “Es ridículo. No puedo creer que cometieran este error”. “Nunca lo compruebas porque piensas que te han dando la medicina correcta”.
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