En el ejército:
El coronel a su ayudante:
- Mañana a las nueve habrá un eclipse de sol, fenómeno que no ocurre todos los días.
Ordene que salga la tropa al patio en traje de faena para que puedan observar esta rareza natural, y yo estaré presente para explicarla. Si llueve, no podrá verse nada, así que ordenará usted que se lleven la tropa al gimnasio.
El ayudante del coronel al capitán:
- Por orden del coronel, mañana a las nueve habrá un eclipse de sol; si lloviera no podrá verse desde el patio y, por consiguiente, en traje de faena el eclipse tendrá lugar en el gimnasio, cosa que no ocurre todos los días.
El teniente al sargento:
- Mañana a las nueve, en traje de faena, el coronel eclipsará al sol en el gimnasio, como ocurre todos los días que hace buen tiempo, si llueve tendrá lugar en el patio.
El sargento al cabo:
- Mañana a las nueve el eclipse del coronel en traje de faena por el sol tendrá lugar en el gimnasio; si llueve allí, cosa que no ocurre todos los días, la tropa formará en el patio.
Comentarios entre la tropa:
- Mañana si llueve, el sol eclipsará al coronel en el gimnasio. Lástima que esto no ocurra todos los días.
Llega un ciclista muy cansado a un bar que estaba lleno hasta las tejas, y le dice al mesero:
- ¡Mesero, por favor!
- ¿Si?
- ¿Me da una caja de Fanta?
- ¿De limón o de naranja?
Y el ciclista dice:
- Me da igual, es para sentarme.
PEPITO
Viene la mamá de Pepito y muy enojada le dice:
- ¡Pepito! ¿Por qué le pegaste a tu hermana con la silla?
Y Pepito responde:
- ¡Porque el sofá era muy pesado!
JUAN
A un hombre se le estaba incendiando la casa y llama a los bomberos:
- Bomberos, se me está incendiando la casa, ¿Qué hago?, ¿Voy yo o vienen ustedes?
- Pero usted está loco, ¿Quién habla?
- Juan, el de la casa rodante.
Le pregunta un maestro a un gallego:
- ¿Sabe usted leer y escribir?
- Escribir sí, leer no.
- A ver, escriba un poco.
El tío hace unos garabatos en el papel, y le dice el profesor:
- Pero, ¿qué ha puesto aquí?
- ¡Oiga profesor, ya le he dicho que no sé leer!
LOCOS
En el manicomio, un loco gritaba:
- ¡Yo soy el enviado de Dios!
Se le acerca otro loco y le dice:
- No, ¡Yo soy el enviado de Dios!
- Y así, los dos locos discuten.
Entonces, se acerca un tercer loco, y les pregunta:
- ¿Qué pasa aquí?
Y el primer loco dice:
- ¡Yo soy el enviado de Dios!
Y el segundo dice:
- No, ¡Yo soy el enviado de Dios!
Entonces, el tercer loco dice:
- Un momentito, ¡Yo no he enviado a nadie!
No hay comentarios:
Publicar un comentario