Entre los matices que distinguen a la lengua española figuran en un sitio relevante las curiosidades. A riesgo de ser tildado de chovinista, sospecho que ninguno otro registro idiomático exhibe tantas. Pongo de muestra un caso de acentuación. Se trata de una oración en la cual todas sus palabras -nueve en total- llevan tilde. Ahí les va: «Tomás pidió públicamente perdón, disculpándose después muchísimo más íntimamente». A lo mejor una construcción forzada, pero no deja de ser interesante.
Y disfruten este: La palabra oía tiene tres sílabas en tres letras.
En aristocrático, cada letra aparece dos veces.
El término arte es masculino en singular y femenino en plural (el arte y las artes).
En la palabra barrabrava, una letra aparece una sola vez, otra aparece dos veces, otra tres veces y la cuarta cuatro veces.
En el término centrifugados todas las letras son diferentes y ninguna se repite.
El vocablo cinco tiene a su vez cinco letras, coincidencia que no se registra en ningún otro número.
El término corrección tiene dos letras dobles...
Y este otro recital: Las palabras ecuatorianos y aeronáuticos poseen las mismas letras, pero en diferente orden.
Con 23 letras, se ha establecido que la palabra electroencefalografista es la más extensa de todas las aprobadas por la Real Academia Española.
El término estuve contiene cuatro letras consecutivas por orden alfabético: stuv.
Con nueve letras, menstrual es el vocablo más largo con solo dos sílabas.
Mil es el único número que no tiene ni o ni e.
La palabra pedigüeñería tiene los cuatro firuletes que un término puede tener en nuestro idioma: la virgulilla de la ñ, la diéresis sobre la ü, la tilde del acento y el punto sobre la i.
El vocablo reconocer se lee lo mismo de izquierda a derecha que viceversa.
La palabra euforia tiene las cinco vocales y solo dos consonantes...
No hay comentarios:
Publicar un comentario