Funcionarios del Ministerio de Trenes, gerentes de las empresas que construyeron la línea y cientos de periodistas abordaron el tren que salió de Beijing para un viaje de cinco horas, la mitad del tiempo que hacen los trenes convencionales.
El vehículo, que unirá a la capital china con su principal centro de negocios forma parte de una red nacional de trenes que podría alcanzar velocidades superiores a los 330 kilómetros por hora.
El Gobierno redujo la velocidad del tren así como los precios de los boletos del sistema nacional ferroviario tras las quejas de que el tren era demasiado costoso y peligrosamente veloz.
En tanto, las aerolíneas que cubren la ruta entre ambas urbes y otros destinos en China comenzaron a tomar medidas para evitar la reducción de pasajeros por la entrada en servicio de la nueva línea ferroviaria de alta velocidad, informó el rotativo China Daily.
Entres las medidas, destacan la oferta de descuentos en boletos de mayor escala y un servicio gratuito de autobuses de enlace en los aeropuertos.
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