En una feliz casualidad acaso irrepetible, una familia de fotógrafos aprovecha la ocasión y captura varias imágenes de un raro colibrí albino.
Si el albinismo es en sí mismo una condición genética extraña, inusual, improbable en algunas especies, su extravagancia aumenta cuando ocurre en animales en los que la combinación con sus propias características da como resultado una rara belleza, insólita, difícilmente repetible.
Por otro lado, es todavía más sorprendente, también por razones de probabilidad, que una persona se tope con dicho espécimen y obtenga constancia de su encuentro. Y sí, quizá las probabilidades sean mínimas, pero no inexistentes.
Tal fue el caso de la familia Shank, que tuvo la feliz casualidad de mirar un colibrí albino y contó con tiempo suficiente como para que todos le tomaran una instantánea.
Kevin Shank y sus cuatro hijos -Marlin de 16, Shaphan de 14, Darren de 12 y Allen de 9 años- fotografiaron esta hermosa ave luego de saber por un correo electrónico que ya otros la habían visto rondando cerca de su casa en Staunton, Virginia.
“Activar el flash ni siquiera era una opción. Con un ave tan única y rara, no quisimos hacer nada que la hiciera desaparecer”, declaró el padre.
Por desgracia este colibrí no escapa al riesgo que representa el albinismo, que hace a quienes lo desarrollan ejemplares mucho más visibles para sus depredadores o, en el caso de estos, para sus víctimas, lo cual se traduce en una desventaja en la supervivencia.
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