
La gata fue encontrada en la calle por los empleados del refugio que decidieron adormecerla porque nadie quería adoptarla. Junto con otros gatos, Andrea fue enviada a una cámara de gas para de donde se supondría que no saldría con vida, informa el sitio RT.
El procedimiento no afectó al animal y un empleado repitió la dosis. Al asegurarse de que Andrea no respiraba, la colocó en un saco de plástico y este en un refrigerador. Pero después de unos 45 minutos la gata fue encontrada viva: los trabajadores oyeron su maullido desde la cámara y la sacaron de allí.
La curiosa historia provocó el interés de los defensores de animales que llamaron cruel a este método de adormecer a los animales. Pero la Asociación Americana de Veterinarios afirma que el método de cámaras de gas es común y aprobado, y el caso de Andrea es extraordinario.
El rotativo The Salt Lake Tribune informa que ahora la gata está como voluntario para el bienestar animal y dicen que esta de vuelta a la normalidad después de un periodo corto de recuperación. Janita Coombs una voluntaria de la Comunidad para el bienestar animal dijo que “Andrea definitivamente tiene ganas de vivir”.
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