Adán, hablando con Dios le dice:
- Estoy muy solo, quiero una compañera, la quiero lista, inteligente, buenas medidas, rubia, guapa.
Dios le dice:
- Te costará 2 brazos y 2 piernas.
- Ufff, no sé, no tan guapa, el pelo de cualquier color, no tan lista.
- Dos brazos.
- ¿Y por una costilla qué me das?
CIGÜEÑAS
Un grupo de cigüeñas se reúne un viernes a tomar un "traguito" y comentar la semana laboral, una dice:
- Esta semana fue demasiado pesada, me tocó llevar un par de mellizos y unos trillizos, tengo las alas extenuadas.
Otra dijo:
- Para mí fue más o menos, sólo llevé puros varoncitos, gorditos todos, pero sólo de a uno.
Una tercera agregó:
- Para mí, fue súper relajada, llevé 2 niñitas y a un prematuro.
Y así cada una contaba de su trabajo, hasta que repararon que había una calladita, que nada había dicho, así que la interrogaron:
- Oye, y tú ¿cómo fue tu semana?
Y ella contestó:
EL PERICO
En un concurso de aves les toca el turno a 3 extranjeros:
El primero lleva un halcón le saca la capuchita y lo suelta a volar. A los pocos segundos el halcón estaba bastante alto, saca un popote del bolsillo y lo tira al aire, el halcón baja en picada alcanzando la velocidad de 120 Km. y logra recoger el popote antes de que éste caiga al suelo, le dan un puntaje de 8 puntos.
Ahora le toca el turno al segundo, éste trae un águila real, le quita la capucha, la suelta a volar y cuando está bien alto, saca un popote, lo parte en dos y los tira al aire, el águila baja en picada a la velocidad de 160 Km. y logra recoger los dos pedazos antes de que toquen el piso, le otorgan 9 puntos.
Le toca el turno al tercero, éste trae un perico de su granja y se le escucha gritar:
- ¡Sácame ya esta porquería de la cabeza que no veo nada!
Cuando lo hace el perico se escapa a volar, cuando va muy alto el amo saca un popote, lo parte en tres y la tira al aire, el loro baja en picada alcanzando la vertiginosa velocidad de 240 Km., y cuando se va acercando al piso le grita al dueño:
- ¡Tira más paja infeliz, que me mato!
PERRO
Llega un gallego al bar del pueblo y deja atada su perra a un árbol. Al instante una jauría de perros se arremolina a su alrededor tratando de conquistarla. En medio de un concierto de ladridos, gruñidos, mordiscos y aullidos, un policía entra al bar y pregunta por el dueño de la perra. El gallego, que estaba tomando un vaso grande de ginebra, levanta la mano y dice: "yo".
- Su perra está alzada -le dice el policía.
- No puede ser, yo la dejé en el suelo -responde el gallego.
- Quiero decir, que está en celo -insiste el policía.
- No puede ser, yo jamás le di motivos, ni siquiera miro a otras perras -contesta el gallego sediento.
- Digo que está caliente, ¿me entiende?
- No, no lo entiendo, me cercioré de dejarla a la sombra.
Exasperado, el policía exclama:
- Sígame, y diciéndole al oído, su perra quiere tener relaciones sexuales.
El gallego le responde:
- Entonces, siga nomás. Siempre quise tener un perro policía.
Era una vez un señor que fue a una pelea de boxeadores y su asiento estaba al frente. Junto a él estaba un señor que a los dos jugadores les echaba porras. Llegó un momento en que el otro señor se fastidió y le pregunta:
- ¿Por qué le echa porras a los dos?
Y este le responde:
- ¡Porque soy el único dentista en este pueblo!
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