Esta modalidad será exhibida durante los Juegos Parapanamericanos y la intención de sus creadores, Fausto y Javier, es lograr que se convierta en deporte oficial.
La voluntad de Javier Silva "devolvió" a la pista a Fausto Esparza, mientras que la voz de éste le ha "devuelto" la vista a Silva.
El destino puso una prueba muy dura a estos dos hombres, pero el destino los hizo coincidir y hoy se valen uno del otro para mostrar al mundo que las ganas de hacer las cosas superan cualquier limitante, incluso la invalidez o la ceguera.
Fausto, medallista de oro centroamericano en la ruta en los Juegos de Cartagena 2006, sufrió hace casi cuatro años un accidente que lo postró en una silla de ruedas, mientras que Silva perdió la vista por una enfermedad cerebral hace cinco años y medio.
Hace seis meses ambos se conocieron, creando una estrecha relación que ayer los llevó a dar un paso más en contra de la adversidad, rodando en el Velódromo Panamericano ante cientos de aficionados que presenciaron a un pedalista invidente rodar, de manera independiente, en su bicicleta, con la voz de Fausto como su único guía.
Desde su silla de ruedas, Fausto dirige a Javier por medio de un radio, y lo va guiando a lo largo del velódromo, del cual el pedalista sólo tiene un mapa mental y mucho, mucho valor. Esta fue una iniciativa del ex corredor del extinto Tecos Trek, quien busca que esto se convierta en una prueba Parapanamericana o Paralímpica en el futuro.
"Yo le expliqué el proyecto, yo le dije cómo le podía hacer pero era solo, tenía que tener mucho valor, sobre todo ser muy inteligente y sobre todo un acoplamiento muy grande entre él y yo", explica Fausto.
Javier explicó el sentimiento que existe cuando gira por sí mismo en el velódromo.
"Es una emoción, una adrenalina que está latente, el escuchar principalmente a Fausto, que son mis ojos, literalmente hablando, pues es una emoción tremenda", relató.
No hay comentarios:
Publicar un comentario