Hasta la fecha, todos los estudios e investigaciones arqueológicas realizadas no han mostrado ningún tipo de evidencia clara en el que se pudiese asegurar que, tanto los dinosaurios como los humanos coincidieran en el tiempo.
Un equipo de investigadores, compuesto por tres científicos chinos y un cuarto de nacionalidad norteamericana, ha podido demostrar que, durante 700 años, un grupo de humanos convivió con las huellas de dinosaurios, las cuales tenían una perfecta forma y similitud a la flor de loto, nombre por el que es conocida la fortaleza montañosa en la que se ha encontrado.
El hallazgo cuenta con más de 350 huellas de diferente tamaño y unas inscripciones en las paredes que veneran las marcas como algo sagrado, relacionado directamente con la mencionada flor de loto.
Se construyó todo un poblado alrededor de dichas huellas, dedicando el lugar a venerar el sitio como un símbolo sagrado del budismo. La flor de loto tiene un peso fundamental en la cultura china, representando el símbolo de la paz y la tranquilidad.
Adrienne Mayor, científico norteamericano de la Universidad de Stanford, asegura que este hallazgo puede determinar y aclarar muchas incógnitas respecto a la veneración milenaria que ha existido en China hacia el loto. También, el dato determina el origen del nombre del conjunto de montañas conocido como 'Montaña de Loto' y cómo las primitivas huellas de dinosaurio tienen una incidencia directa desde el antiguo folklore chino.
A pesar de que sería todo un hallazgo el poder encontrar alguna evidencia que determinase que los humanos y los dinosaurios coexistieron en el tiempo, de momento hay que conformarse y celebrar que, gracias a estas huellas arqueológicas y las inscripciones de sus paredes, los investigadores están cada vez más cerca de encontrar el punto de nexo entre los vertebrados saurópsidos y los seres humanos a través de la historia.
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