¿Qué diría si su presidente le dijera que de aquí en adelante en el día de su boda, en lugar de estar de fiesta, deberá pasarla visitando monumentos y plantar un árbol? Pues eso es lo que les ha pasado a los habitantes de Turkmenistán.
El presidente Gurbanguly Berdymukhamedov ordenó que todas las parejas de recién casados deben plantar un árbol cerca del registro y visitar los principales monumentos de la ciudad después de dar el "sí quiero".
Según el líder, esto es de "excepcional importancia", para "preservar los valores familiares en la sociedad moderna y despertar entre los jóvenes el respeto por las tradiciones y costumbres de la gente".
Así, el Monumento a la Constitución, el Monumento a la Independencia, el de la II Guerra Mundial, entre otros, serán a partir de ahora visitas obligadas tras formalizar un casamiento.
El circuito que incluye el plantar un árbol junto al Palacio de la Felicidad que se inaugura este viernes la capital Ashgabat y donde se ubicarán registros matrimoniales.
Berdymukhamedov prentede así que las parejas contribuyan a construir un "oasis verde" en la desértica capital asiática.
Autoritarismo post-soviético
Tal exigencia puede parecer a muchos autoritaria, pero no es de extrañar teniendo en cuenta de que Turkmenistán es un país que ha sido gobernado con mano de hierro durante años.
Según Ayhan Demytrie de la BBC en Asia Central, este país ha sido ubicado entre los países menos democráticos del mundo, junto con Chad y Corea del Norte, en una ranking elaborado por la revista The Economist.
A pesar de ser rico en recursos naturales, es también uno de los países con mayores índices de desigualdad social del mundo.
La nación tiene una larga tradición de gobiernos autoritarios.
Tras lograr su independencia después de la caída de la Unión Soviética en 1991, el gobierno del país pasó a manos del entonces jefe del Partido Comunista, Saparmurat Niyazov.
Desde entonces Turkmenistán ha permanecido en estado de aislamiento y se ha convertido en foco de denuncias de activistas que acusan a las autoridades de permitir la práctica de torturas por parte de las fuerzas de seguridad.
Berdymukhmedov tomó el mando en 2006 tras la muerte de su sucesor, y con él se esperaba que viniera una era de cambios.
Sin embargo, políticas como dictaminar a los recién casados lo que deben hacer en el día de su boda, hacen pensar a algunos que tales cambios están lejos de materializarse.
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