Entonces su agradable voz de barítono se proyecta sobre el auditorio, de una veintena de fumadores de marihuana de ojos vidriosos y sonrisas fijas.
Es noche de karaoke en el Cannabis Café de Portland, una mezcla de típico bar estadounidense y fumadero holandés. En este salón lleno de humo es legal el consumo de la hierba en todas sus formas por parte de los pacientes.
Hay enfermos de cáncer, de sida, personas que padecen hernia de disco o ciática. También hay quienes se escudan en la ley estatal de "dolor grave": cuéntale a un médico partidario de la legalización que sufres de dolor y es prácticamente lo único que necesitas para conseguir la hierba.
Desde la sanción de la ley de marihuana medicinal en 1998, casi 40.000 pacientes la han obtenido.
La hierba en el local es traída por los pacientes o bien por donantes. El dinero no circula, salvo para comprar un sandwich o una taza de café. El precio es de 20 dólares por mes, más cinco dólares para entrar.
El café tiene toda clase de delicias hechas con marihuana, un espectáculo cómico semanal y los jueves, karaoke. Sobre el escenario mal iluminado aparece ocasionalmente una nubecilla de humo de una pipa o un vaporizador.
Fumar marihuana alivia el dolor o la náusea de la quimioterapia. Para algunos es un somnífero, para otros un estimulante del apetito o un analgésico para el dolor de cabeza.
Adicionalmente, la función del Cannabis Café es dar a los fumadores un lugar donde estar juntos.
La noche para cantar es un lugar de reunión muy popular entre los fumadores; consumen marihuana para aliviar el dolor de sus enfermedades.
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