El periódico británico The Guardian entrevistó a un recluso de un campo de trabajo forzado en China, quien afirma que era práctica usual utilizar a los presos para que apostaran a través de internet en sus horas de descanso.
Beijing, China.- Liu Dali estaba preso en el campo de trabajos forzados de Jixi. Dice que, de día, pasaba doce horas abriendo zanjas y partiendo rocas en las minas de carbón a tajo abierto del noreste de China.
Por la noche, tenía que dedicar horas del descanso a los juegos de internet.
Liu afirma que él era sólo uno de las decenas de presos forzados a jugar en línea, para ganar créditos que los guardias cambiaban después por dinero contante y sonante.
Según Liu, los encargados del campo hacían más dinero obligando a los presos a jugar que lo que ganaban con su trabajo diurno.
"Había unos 300 prisioneros forzados a jugar. Trabajábamos 12 horas diarias. Les oía decir que se podían hacer hasta US$700 u US$800. Nunca vimos nada de ese dinero. Los computadores nunca se apagaban."
Rezago virtual, castigo real
Liu fue a parar al campo de "reeducación a través del trabajo" de Jixi, en la provincia de Heilongjiang, en 2004, luego de que se le ocurriera "solicitar al gobierno " central que investigara la corrupción en su ciudad natal.
A los 54 años, aparte del trabajo en el carbón, Liu fabricaba palillos y mondadientes a partir de planchas de madera. También fabricaba tapices para los asientos de los coches, que la prisión exportaba a Japón y Corea del Sur.
Sin embargo, donde Liu y otros prisioneros sí debían cumplir con sus cuotas era en el el juego. Si no lo hacían, los obligaban a permanecer con las manos levantadas en el aire y los azotaban con cañerías de plástico cuando volvían a sus dormitorios.
"Así es que jugábamos hasta que ya no veíamos", le confesó Liu a The Guardian.
Divisas virtuales
Los créditos que se acumulan en internet a través de la repetición de tareas básicas, se transforman en valores reales dado que hay millones de jugadores en el mundo que están dispuestos a pagar dinero real por tales créditos.
El intercambio de divisas virtuales en multijuegos se ha vuelto tan común en China que su reglamentación es muy difícil.
Sólo en abril pasado, el gobierno provincial de Sichuan, en el centro de China, llevó a la justicia a un jugador que robó en internet créditos por miles de yuanes.
En 2009, el gobierno central emitió una directriz para definir cómo se pueden comercializar las divisas virtuales, lo que proscribió la práctica de comerciar sin tener licencia.
Liu abandonó el campo de trabajo forzado también ese año, pero cree que la práctica de obligar a los presos a ganar divisas en juegos de internet continúa vigente.
El corresponsal de la BC en Pekín, Quentin Sommerville, afirma que los detenidos en estos centros operados por los gobiernos provinciales y las autoridades locales son, a menudo, objeto de abusos físicos y psicológicos
Por la noche, después de su trabajo diurno, los presos debían dedicarse a los juegos en línea.
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