jueves, 22 de marzo de 2012

El mundo perdido de China

Fujian es una provincia que pertenece a la República Popular China, la cual se extiende a lo largo de 120 mil kilómetros cuadrados; en ella  viven cerca de 40 millones de habitantes.
Este sitio es uno de los preferidos de las personas que hacen turismo por el país asiático, ya que se encuentra muy cerca de la isla de Taiwán y  se pueden apreciar una serie de templos, pagodas y otras construcciones de la antigüedad, característica que lo hace un sitio único.
Al suroeste de Fujian se localiza Yongding, un condado que abarca aproximadamente unos dos mil 500 kilómetros cuadrados y que en su mayoría está rodeado por altas colinas y montañas, por donde corren algunos ríos que nutren a diversos campos agrícolas de arroz y tabaco.
Sin embargo, Yongding encierra uno de los mayores enigmas de la historia, lo cual lo hace un lugar más que atractivo.
En esta región habitan una serie de grupos étnicos, entre los que destacan los hakkas, de quienes se dicen son personas sumamente cerradas, a los cuales les cuesta trabajo abrirse al resto de la sociedad.
Quizá esta característica y su resistencia al cambio hizo que los primeros hakkas construyeran una serie de viviendas que parecen fortificaciones y que resultan curiosas por sus formas tan poco peculiares, ya que estos edificios son circulares, ovalados y unos pocos rectangulares.
A estas construcciones se les conoce como Tulou, indica curiososincompletos.wordpress.com. Tienen de tres a cinco pisos construidos en donde fácilmente pudieran habitar cerca de 80 familias.
Además, los Tulou cuentan en su interior con pozos, bodegas, así como bibliotecas públicas.
Las también llamadas "casas de tierra" están conformadas por grandes paredes hechas con adobe, las cuales sostienen las estructuras de madera y bambú que hay en el interior, y los techos compuestos de teja. Todas las habitaciones son del mismo tamaño y la forma de las puertas y ventanas son exactamente iguales.
Según 101lugaresincreibles.com, este concepto de ciudad amurallada podría haber tenido gran auge entre los siglos XII y XIX, cuando varios grupos de bandidos asediaban el sur del territorio chino. Incluso, la parte baja de las paredes exteriores es más gruesa para así poderle hace frente a los ataques con arma de fuego.
Cada habitación era ocupada por la familia de un miembro masculino de los hakkas; todos los habitantes de dicha comunidad realizaban las mismas tareas, lo cual era símbolo de unidad y de protección.
Cuando el grupo crecía, al Tulou se le construía un nuevo piso o bien, se levantaba uno nuevo dentro de la fortaleza. Al centro de cada construcción se puede apreciar una pequeña casa que los historiadores creen que fungía como centro ceremonial.
Estas edificaciones también se caracterizan por tener una sola puerta que comunica al interior con el exterior o viceversa. Esta puerta está hecha de madera, reforzada con una gruesa lámina de hierro, para así hacer frente a los cañonazos enemigos.
Los Tulou se convirtieron en un problema para quien fuera presidente de los Estados Unidos, Ronald Reagan, quien en 1986, al término de la "Guerra Fría", envió a varios satélites espías a inspeccionar el sur de China, los cuales informaron a la CIA que habían encontrado entre las montañas "reactores nucleares y bóvedas de mísiles entre las montañas". Luego se percataron que se trataba de estas viviendas.
La UNESCO declaró a los Tulou en Patrimonio de la Humanidad por ser "un ejemplo de de una tradición constructiva y funcional que resulta un modelo de vida comunitaria y organización defensiva, en relación armoniosa con el entorno".
Gracias a esta particular forma de vida, los hakkas son considerados como los pobladores más amigables de todo China.
En la actualidad, varios de los Tulou fueron abandonados aunque aún se pueden encontrar algunos que todavía son habitados o que los conservan para celebrar ahí eventos familiares especiales. Igual y corres con suerte en hospedarte en una de las habitaciones con tan sólo pagar unos 100 yuanes (aproximadamente unos 200 pesos).

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