Siempre he pensado que los japoneses están definitivamente hechos de otra pasta. Aunque a veces nos sorprenden con cosas que se podrían considerar como aberraciones, en esta ocasión se trata de algo... ¿divertido? ¿Sorprendente? ¿Inútil? ¿Pintoresco? ¿Estúpido? ¿Original? La verdad, no sé muy bien con qué adjetivos definirlo.
Se trata de un sujetador especial diseñado para cazar maridos. No porque realce la belleza interior, no porque se la invente si no hay mucho que realzar, sino porque lleva un contador que marca el tiempo que queda para la boda, y que tiene una ranura para meter un anillo con la que el novio (presumiblemente, él) podrá parar dicha cuenta al introducir el anillo y entonces sonará una bella marcha nupcial.
Sinceramente, no termino de pillar el concepto. Entiendo que se trata de ponerte una fecha tú misma, y que el novio en vez arrodillarse o alguna mariconada de esas para pedirte matrimonio lo que hace es medio despelotarte para introducirte el anillo en la ranura. Literalmente hablando, no se tratan de metáforas. O bueno, a lo mejor luego sí es en sentido metafórico. O igual ha sido antes y por eso el novio sabe que tiene que comprar un anillo. O yo que sé, sigo sin entender a los japoneses...
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