Mientras estaba en su casa, algo insólito ocurrió. Un hombre vio cuando gelatinosas bolas azules empezaron a caer desde el cielo frente a su casa.
Steve Hornsby, de 61 años, se vio obligado a ponerse bajo techo cuando el clima golpeó a su barrio en Bournemouth, Dorset, Reino Unido. Dijo que el cielo se volvió de extraño tono de color amarillo oscuro y en seguida comenzó una fuente granizada.
Tras el aguacero se dio cuenta de que habían caído bolitas como la silicona, en su jardín y entonces salió para ver de cerca.
El ingeniero aeronáutico recogió algunas de las bolitas misteriosas, las introdujo en un frasco y espera analizarlas para resolver el enigma, recoge Daily Mail.
Se cree que unos 20 objetos cayeron en su jardín, el jueves pasado. Aunque la mayoría estaban rotos, algunos permanecieron intactos.
Cuenta que salió en busca de troncos para el fuego cuando vio que el cielo se puso de un color amarillo oscuro. Después observó que lo que había caído era el cristal, pensando en un principio de que se trataba algo de los niños. En seguida observó más.
“No estaban allí antes de la tormenta. Son circulares y debieron haberse roto con el impacto. Eran imposibles de recogerse, pues eran muy gelatinosos. Tenía que usar una cuchara”.
Hornsby cree que se trata de algún tipo de contaminación en la atmósfera que soplaban sobre el continente.
Un científico de la Universidad local sugirió que pueden ser huevos que fueron extraídos del mar por un pájaro que luego dejó caer sobre la casa de Steve en la tormenta de granizo. Aunque eso es poco probable debido a que son transparentes y no hay signos de embrión en su interior.
El señor Hornsby dice que es lo más peculiar que ha visto. No huelen ni flotan. “Pensé que podría haber sido algún tipo de contaminación atmosférica como un producto químico que ha sido liberado a la atmósfera, fue aspirado en una nube de tormenta y solidificado y luego liberado en gotas con el granizo”, explica. Dijo que las bolas no se disuelven en el agua y las tiene en la nevera mientras trata de averiguar lo que eran.
La explicación más probable es -dice Gavin Pretor-Pinney de la Sociedad de Apreciación de Nubes- que esas cosas fueron absorbidas por un chorro de agua. El aire puede causar tornados que aspiran las cosas del mar o tierra y pueden permanecer en la nube durante algún tiempo.
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