Está un señor con su doctor, que es el mismo de su esposa, y le dice:
- Creo que mi esposa se está quedando sorda.
Y el doctor le contesta:
- Hágale una prueba hoy en su casa; si persiste, venga a verme.
Y así lo hizo. A la hora de merendar, va y se para a tres metros de su esposa y le pregunta:
- ¿Qué hay de cenar?
Pero la mujer no responde. Después va y se para a dos metros y de nuevo le pregunta:
- Mi amor, ¿qué hay de cenar?
Y otra vez, no hay respuesta. El hombre se para a un metro y, nuevamente, no pasa nada. Harto, se para atrás de ella y le dice gritando:
- ¿Qué es la cena, linda?
Y la mujer le responde:
- ¡Por cuarta vez, POLLO!
HUEVOS
Estaban las gallinas recibiendo el alimento diario por parte de su dueño. Este les repartía el alimento diciéndoles palabras cariñosas para que tuvieran más producción de huevos.
Cuando el granjero se retiró, la gallina líder les dice:
- ¡MOMENTO! ¿a poco se van a dejar llevar por las palabritas de ese pendejo? ¡ni madre! ahora no pongamos ningún huevo.
Al día siguiente, sorprendido por la falta de producción, el granjero les vuelve a dar su alimento, dejándoles, además, unas monedas para que se compraran sus golosinas.
Al retirarse el granjero, la gallina rebelde grita:
- ¡MOMENTO! no nos dejemos corromper por este farsante, hoy tampoco habrá producción de huevos.
Al día siguiente el productor, todavía más extrañado por la actitud de sus aves, les reparte su alimento en doble ración y les dice palabras más dulces que la miel; pero al hacer como que se retira del gallinero descubre la forma en que la gallina está alborotando a las demás para que no tengan producción de huevos.
Al ver tal situación, el ranchero muy enojado se lleva a la líder y la arroja con los gallos. Estos, sedientos de placer al ver a la dama, empiezan a alborotarse y cuando se le van acercando grita la gallina:
- ¡Momento, momento! ¡Me trajeron aquí por alborotadora, no por puta!
MOMIAS
Tiernamente la mujer le dice a su esposo:
- Oye mi amor, ¿Cuándo me llevas a ver a las Momias de Guanajuato?
- El día que quieras, pero avísales a tu mamá y a tus tías que vamos, ¡No les vayamos a caer de sorpresa!
Una mujer envió su ropa interior a una lavandería china. Al recogerla, se percata que unas de sus pantaletas aún tenían ciertas manchas. En la siguiente ocasión que manda su ropa a la lavandería pone una nota:
"Use más jabón en las pantaletas".
Días después, cuando recoge su ropa, encuentra una nota del lavandero entre las prendas:
"Use más papel en su trasero".
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