- Oye niño, pruébame que eres hombre.
El niño le responde:
- ¡Cómo crees!, la enfermera nos está viendo.
- Niño, te dije que me probaras que eres hombre.
- Ya te dije que no, la enfermera nos está viendo.
- Niño pruébame que eres hombre, sigue insistiendo la beba.
- ¡Esta bien!, responde el bebe y levantando la pierna dice:
- ¡No ves que son azules!
HIPER
La maestra:
- Hoy vamos decir palabras con hiper.
Va uno y dice:
- Hipercentro.
Otro:
- Hipermercado.
- ¡Muy bien!
Y va Manolo y dice:
- Farmacia.
- ¿Cómo farmacia?
- Sí, farmacia hiperfumeria.
Va un hombre a un bar y dice:
- ¡Hola! Yo soy de aquí, hace mucho que no vengo y quisiera saber dónde vive Manuel Antonio Cuspilla. El barman le contesta:
- Mire, es que por aquí nos tratamos por el apelativo.
- A ver, a ver, creo que era "El canillejas".
- ¡Anda, pero si ese soy yo!
CAMPESINO
Llega un campesino a un bar con una radio bajo el brazo ofreciéndola en venta. En una mesa cercana hay varios citadinos quienes al verlo humilde se proponen quitarle la radio sin pagarle un centavo. Uno de los citadinos le comenta a los otros:
Les aseguro que con unas cervezas encima, ese campesino terminará rebajando el costo de la radio hasta casi nada.
Por lo que lo invitan a sentarse con ellos. Entonces, pregunta el citadino:
- En 30 dólares, responde de manera ingenua.
- Okay, dice el citadino, vamos a tomarnos unas cervezas y luego hablamos.
Al cabo de un rato ya se han tomado varias cervezas cada uno y el citadino vuelve a preguntar:
- Y entonces, ¿En cuánto la vendes?
- Bueno, deme 10 dólares, responde el campesino.
- Me parece mejor, dice el citadino.
- ¡Vamos, te invito a otras cervezas!
Luego de un buen rato le pregunta nuevamente al campesino,
- Y ahora, ¿En cuánto me la vendes?
- Deme 5 dólares para poder irme a mi casa.
El citadino, viendo la posibilidad de quedarse con la radio, decide continuar con la ronda de cervezas y luego de otro buen rato insiste:
- Y ahora campesino, ¿En cuánto me lo vendes?
A lo que el campesino responde:
- Le voy a decir la verdad, yo quería vender la radio para beber cerveza pero, como ya estoy borracho he decidido no venderla e irme ya a mi casa.
Un convicto con la pena máxima, un día antes de su ejecución llega el director del penal y le comunica al reo que le concederá su último deseo. El convicto sin pensarlo mucho exclamo:
- Sí, quiero que me saquen los frenillos.
- ¿Y para qué?, le pregunta el director.
- Si me electrocutan, no quiero sentir la corriente en mi boca.
Al día siguiente lo esposan de pies a cabeza y lo trasladan a la ciudad a un dentista particular. Al llegar al consultorio fuertemente custodiado, un niño que esperaba ser atendido lo ve y asombrado le dice a la mamá.
- Mamá, mamá, ¡Ese señor si que le tiene miedo al dentista!
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