viernes, 12 de agosto de 2011

Llevaba 2 años depositando cartas en contendor de heces

Al pensionista Alf Spence la visión ya le falla, pues tiene 91 años y se ha confundido de una manera extraordinaria. Un día iba a dejar una carta en lo que él creía que era el buzón, pero cuando una transeúnte lo miró se quedó sorprendida, ¿la razón? En realidad Alf no estaba de pie frente a un buzón, sino a un contenedor de heces de perro.
No era la primera vez que depositaba una carta en el contenedor de excrementos de perro, lo había hecho ya por 2 años consecutivos.
El veterano de la Segunda Guerra Mundial, dijo que caminó hacia el buzón de correos como lo hacía cada semana y colocó en la pequeña ranura una tarjeta de cumpleaños para su bisnieto.
Cuando ya tenía media carta dentro, una mujer que estaba paseando a su perro le tocó en el hombro: “Me preguntó que qué estaba haciendo. Pensé que iba a llorar cuando le dije que quería mandar una carta. Ella tomó mi mano y me señaló que el buzón estaba al otro lado de la carretera”.
Alf asegura que es muy probable que no sea el único que ha confundido los buzones; y que el Ayuntamiento no debería haberlos puesto tan cerca. Pero su hija Susan va más allá y acusa a los operarios de vaciar el contenedor de caquitas de dejadez en sus funciones.
Se pregunta cómo han podido estar dos años viendo las cartas entre las bolsas y las heces y no se han preguntado qué hacían allí.
Su hija, Susan May, de 59 años, ya estaba empezando a extrañarse de que no recibiera cartas del abuelo por el cumpleaños de los bisnietos.
Cuenta en la edición impresa del Sunday Sport que “cada vez que le preguntaba a papá si se había acordado de los cumpleaños de los niños me decía: ‘Sí, hay un cheque en el correo”. Como no llegaban pensamos que estaba comenzando a perder la memoria o que, simplemente, nos estaba mintiendo”.

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