viernes, 26 de agosto de 2011

MASCARILLA
Un maricón llega llorando muy angustiado a contarle a su novio que le acaban de diagnosticar SIDA. El compañero lo consuela y le dice:
- No llores, amorcito, mira, ponte por las noches una mascarilla de barro.
El joto, emocionado, le pregunta:
- ¿Y con eso me voy a curar, cuchi cuchi?
- No, pendejo, pero te vas a ir acostumbrando a la tierrita.

OREJÓN
Iba caminando por la calle un borrachito y se encuentra con su compadre, y éste al ver que el borrachito tenía las orejas a carne viva le pregunta:
- Pero, ¿qué te ha pasado compadre?
- Es que a mi esposa se le ocurrió dejar la plancha prendida, y sonó el teléfono y agarré la plancha por equivocación.
- Pero, ¿y la otra?
Y el borrachito le contesta:
- El maldito imbécil volvió a llamar.

FRÍO Y DURO
Una pareja de ancianos discuten y él le dice a ella:
- Cuando te mueras voy a comprar una lápida que diga: Aquí yace mi mujer, tan fría como siempre.
A lo que ella contesta:
- Y yo voy a poner: Aquí yace mi marido... ¡al fin duro!

EL GATO
Un niño le pregunta a su papá:
- Papá, ¿Qué edad tengo?
- 5 años, hijito.
- ¿Y el gato?
- 2 años.
- ¿Y por qué el gato tiene bigotes y yo no?

ROSARIOS
Regresa Pepito de la iglesia con cara de preocupación, su mamá lo ve y le pregunta:
- ¿Pero Pepito qué te pasa?
- Es que vengo de confesarme, y el padre me ha pedido de penitencia rezar 3 Padres Nuestros.
- ¿Y cuál es el problema?
- ¡Es que solo me sé uno!

FEOS
El rey de la selva, o sea el león, convoca a todos los animales a una junta urgente. Todos los animales se reúnen en el sitio de las juntas para escucharlo. Ya todos reunidos ven llegar al león en su carro último modelo. Llega, se baja del carro y se sube al estrado para hablar, y les dice con voz autoritaria:
- Los he convocado para darles la orden, de que, el más feo de ustedes me lave mi carro, ahí se los dejo.
Los animales empiezan a discutir de quién lo hará. El pavo real dice:
- Pues yo no, mis plumas son hermosas -y se va.
La cebra dice:
- Pues yo tampoco, mis rayas no las tiene nadie -y se va.
La jirafa dice:
- Pues yo tampoco, mi cuello largo me destaca de ustedes -y se va.
Así van diciendo un por uno, al final sólo se quedan el sapo y el cocodrilo. Se miran fijamente a ver quién se decide hablar primero, viéndose los dos a los ojos, el cocodrilo le dice al sapo:
- Mira sapo no nos hagamos los tontos, yo lo lavo y tú lo secas.


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