El joven pasó cinco días en cuidados intensivos, antes que Marissa, conocida como Missy, tomó la dolorosa decisión de apagar su máquina de soporte vital. Y ante tal situación, la divorciada de 44 años, tomó la polémica decisión de cosechar su esperma.
Un juez autorizó a los médicos para seguir con la petición de Missy, y cumplir el deseo de Nikolas de convertirse en padre. La dolida madre dijo: “Le dije al Juez que yo quería un nieto de mi hijo, me miró con dulzura y no se opuso”.
La madre agregó: “El fin de semana antes de morir, estábamos hablando de que sería un gran padre. Y le dije que sería una abuela muy buena, sólo una semana después, todo cambió de repente…”.
Ahora Missy está en la labor de conseguir la ayuda de una madre sustituta y donante de óvulos para tener hijos de su hijo.
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