Los mapas nos dicen mucho más que cómo llegar de A a B. Pueden ser herramientas de poder y fotografías de un momento histórico que revelan los miedos, esperanzas o prejuicios de una época.
Es por eso que los mapas a través de la historia no han sido una representación objetiva del mundo.
Al hablar con cualquier cartógrafo, dirá que el traspaso de cálculos matemáticos al papel incluye alguna forma de distorsión y manipulación, al aplicar criterios selectivos.
Muchos de los que utilizan mapas de internet en su casa o de GPS en su automóvil reconocen que éstos son parciales porque intentan dar una respuesta específica a las necesidades del usuario.
Son mapas deliberadamente distorsionados, que nos dan una sensación de seguridad para desplazarnos por la Tierra o para visualizar relaciones complejas que sólo se entienden con una representación gráfica.
El mítico Yu Ji Tu
Cada sociedad tiende a crear mapas relacionados con su propia percepción del mundo. Por eso éstos reflejan el momento y la cultura en que surgieron.
Por ejemplo, en China en el año 1136 esculpieron en una piedra un mapa llamado Yu Ji Tu, que se utilizaba para aprender historia y geografía.
A primera vista parece bastante moderno. Pero contiene errores básicos como incluir un río que no existe, el Heishui.
Sin embargo, aunque no existía en el territorio, el Heishui sí aparecía en un libro llamado "Yugong", que cuenta la historia mitológica del gobernante Yu, el cual supuestamente salvó a China de gigantescas inundaciones.
Es por eso que Yu Ji Tu significa "el mapa de las huellas de Yu".
La Meca como el centro del mundo
Justo después de que se terminara el Yugito, el cartógrafo musulmán Muhammad al-Idrisi hizo su propio mapa del mundo.
Idrisi puso el sur en la parte de arriba porque La Meca y la península arábica eran el centro simbólico del planeta.
Un siglo después, mapas hechos por cristianos, como el Hereford Mappamundi, giraron el mundo 90 grados para que el este quedara arriba.
En esa versión, la ciudad de Jerusalén está puesta en el centro del mapa, con el Jardín del Edén en Asia y Cristo mirando hacia abajo desde el marco del mapa.
Se trataba entonces de dos mapas que tenían sentido en relación a la visión teológica del mundo.
La Tierra desde el espacio
En Occidente los mapas siguieron reflejando distintas culturas e intereses, aunque comenzaron a ser considerados como mediciones exactas del territorio.
Es un desafío mostrar una imagen tridimensional de la Tierra en una pantalla bidimensional.
El mapa del cartógrafo flamenco Gerardus Mercator en 1569 distorsionaba el mundo en los polos para que la navegación fuera más precisa de este a oeste.
Este mapa fue crucial para los comerciantes y políticos que intentaban descubrir las mejores rutas marítimas comerciales, hacia finales del siglo XV.
Incluso hoy, Google Earth manipula la primera imagen de la Tierra vista desde el espacio cada vez que un usuario ingresa a la página.
Y claro, el desafío es mostrar un mundo tridimensional en una pantalla bidimensional.
Cada día aparecen nuevos mapas en internet y muchos de ellos no sólo buscan representar una parte de la geografía.
También intentan influir en nuestra conducta, como en los casos donde el usuario se encuentra con publicidad al hacer una búsqueda o pasar por ciertas coordenadas.
En el pasado los cartógrafos querían que el mapa reflejara una visión religiosa o política del mundo. Hoy es más probable que nos inviten a consumir algún producto.
Y aunque estemos convencidos de que ya tenemos el mapa definitivo de nuestro planeta, cuando uno menos se lo espere las cosas podrían cambiar.
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