David Potts, un californiano de 44 años, ha sido dado por muerto por la policía de Maui, en Hawaii, al ser succionado por un gran chorro de agua que emanaba de una superficie rocosa.
Rocco Piganelli se encontraba en la misma playa fotografiando a su hija y unas amigas, cuando sucedió la misteriosa desaparición de David, que fue envuelto por una gran masa de agua. Cuando esta se retiró, el hombre ya no estaba, según el diario inglés Daily Mail.
Los demás bañistas, atónitos, comenzaron a buscarle impotentes, pensando que podría haber impactado con alguna roca. Sin embargo ninguno de los presentes fue capaz de encontrarle.
Horas después, intervino la policía de la zona, que tampoco pudo hacer nada. Una vez finalizada la búsqueda, se declaró a David oficialmente muerto.
La víctima disfrutaba de unas idílicas vacaciones en una famosa zona costera del archipiélago de Hawaii junto a su mujer y su hijo.
La explicación a este suceso parece que tiene que ver con un fenómeno natural de interés turístico en la isla. Es el geiser 'Halona', una corriente de agua que puede alcanzar hasta 10 metros de altura y que se produce por las fuertes corrientes marinas y la presión de dos volcanes cercanos.
Pero lo que parecía una divertida experiencia y un bonito paisaje, se puede convertir en una trampa mortal, y eso es lo que no sabía el fallecido, puesto que el agua, al volver a sus conductos naturales, absorbe con fuerza, incluso un cuerpo humano.
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