Según sus propietarios, el gato llevaba desaparecido dos días y, cuando regresó, sus dueños no daban crédito a lo que veían: a su pequeña mascota con una flecha clavada en la cabeza.
Lo curioso, dijo el gerente del hospital veterinario donde lo atendieron, Todd Stosuy, es que el gato actuaba y comía normalmente.
Max fue llevado al hospital la misma noche y la flecha le fue retirada bajo anestesia.
“Entró por un lado de la cabeza del gato, pasó por la oreja y salió por la parte superior, y no parece haber alcanzado el cerebro del animal”, declaró Stosuy.
Las autoridades aún no tienen sospechosos por el ataque, pero un oficial de control animal trabaja exclusivamente en el caso. La investigación se centra en el barrio y ya cuentan con algunas pistas, según el veterinario.
Desafortunadamente el caso de Max no es el único, pues en septiembre de 2009 un caso similar se registró en Indiana con el pequeño Brownie, al cual una flecha le atravesó el ojo hasta la cabeza y sin embargo el felino sobrevivió.
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