La ciencia-ficción es capaz de trasladar al lector a otros mundos y a proyecciones de cómo podría ser el futuro. En muchos casos estas proyecciones son meramente fantásticas, mientras que en otros se muestran predicciones sorprendentemente precisas del futuro. De hecho, los tanques y las lanzaderas espaciales aparecieron en este género mucho antes de que existieran físicamente. Lo mismo puede decirse de las tabletas informáticas, las videoconferencias telefónicas, los juegos de realidad virtual, las interfaces informáticas basadas en los gestos e incluso los cubículos de los espacios de oficinas. Pero lo que es quizás más importante, la ciencia-ficción también tiene la capacidad de inspirar a los jóvenes y de animarles a dedicarse profesionalmente a la ciencia. Lamentablemente, un estudio de la Universidad de Valencia (España) asegura que este potencial está desaprovechado en la enseñanza.
Una de las preocupaciones actuales es que los alumnos están abandonando el estudio de las ciencias e ingenierías, sobre todo las mujeres, y la ciencia ficción puede ser muy útil para despertar la vocación científica del alumnado más joven», asegura Jordi Solbes Matarredona, investigador de la Universidad de Valencia y coautor de un estudio que publica la revista Enseñanza de las Ciencias.
Los investigadores Fanny Petit y Jordi Solbes aplicaron un cuestionario a 173 alumnos de cuatro centros diferentes, de ámbito rural y urbano, públicos y concertados, para averiguar el grado de conocimiento y aceptación de la ciencia-ficción en los centros educativos. Obtuvieron un total de 578 referencias específicas de ciencia ficción. Destacan por número las citas sobre «La guerra de las galaxias», «Matrix», «X-Men», «Yo robot», «Spiderman» y «El día de mañana».
«Además, hay 78 referencias que confunden la ciencia-ficción con la magia y el cine de acción y aventura, ya que son muy mencionadas películas como "Harry Potter", "El señor de los anillos", "La historia interminable" y "Misión imposible"», apunta Solbes. Por desgracia, algunas películas clásicas del género apenas han obtenido referencias, como «2001: Una odisea del espacio», «El planeta de los simios» y «Blade Runner».
Pese a las pocas referencias, un 24 % de las respuestas recogidas por los investigadores contienen valoraciones positivas sobre la ciencia-ficción y el 31 % mencionó adelantos tanto en el campo científico como tecnológico. Por otro lado, un 47 % posee opiniones favorables sobre los científicos, un 35 % deformadas o exageradas y un 12 % desfavorables. Así, se mencionan tópicos que describen a los científicos como «egoístas», que «se pasan la vida en el laboratorio» y que tienen como objetivo «dominar el mundo», perpetuando así la imagen de «científico loco».
Estos prejuicios pueden deberse a la visión negativa dada de los mismos en películas de superhéroes como «X-Men», «Spiderman» y «Hulk». «En ellas, el antagonista suele ser un científico que enloquece y quiere dominar el mundo o que, habiendo descubierto un arma poderosa, la emplea para enriquecerse y acumular poder», señala el investigador. En las películas más vistas, «Star Wars» y «Matrix», apenas aparecen los científicos.
El estudio también analiza 31 libros de texto de ciencias y tecnología de secundaria obligatoria y de bachillerato, de las especialidades de física y química, biología y geología y tecnología, junto con los libros del profesor, CD-ROM y libros de actividades. Son textos de siete de las principales editoriales publicados entre 2000 y 2008. En ellos se analizó la presencia o ausencia de la ciencia-ficción.
«De los 31 libros de secundaria y bachillerato analizados, en 22 de ellos no hemos encontrado ni una sola referencia a la ciencia-ficción, ni en fotografías, comentarios, textos, actividades o referencias a webs», afirma el investigador. En cinco libros encontraron un elemento de ciencia-ficción (foto, texto o cuestión-problema); en tres se evidencian dos de estos elementos; y sólo en un libro (de física y química) se han encontrado los tres elementos de ciencia-ficción. «Entre estos elementos destacan una foto de Supermán localizada en un texto complementario sobre el descubrimiento del mineral jadarita, cuya fórmula química es muy similar a la fórmula del mineral ficticio kryptonita», argumentan los autores.
También han localizado en un libro de texto una foto de la nave Enterprise, de la serie «Star Trek», que acompaña a un texto complementario sobre las fuentes de energía de las naves y un problema sobre la distancia que podía recorrer bajo el mar el capitán Nemo de «Veinte mil leguas de viaje submarino». Otro problema encontrado hace referencia a las revoluciones por minuto que debería dar la estación espacial de «2001: Una odisea del espacio» para simular la gravedad terrestre. En los libros de Tecnología se ha encontrado una actividad que consiste en el diseño de un coche del año 2050, un texto que hace referencia a las leyes de la robótica de Isaac Asimov y otro que menciona un ciclo de cine de ciencia-ficción con ejemplos de películas como «Matrix» y «Blade Runner».
«Dado que los libros de texto contribuyen en gran medida a establecer los contenidos que se enseñan, esto nos indica, junto al escaso número de actividades propuestas por el profesorado, que la ciencia-ficción está poco presente en las aulas, a pesar de la opinión del profesorado favorable a las mismas», concluyen.
El estudio saca a relucir que el profesorado en su conjunto valora positivamente la ciencia-ficción. Paralelamente al estudio realizado con alumnos, se hizo un sondeo a 35 profesores en formación (CAP) y 21 en activo. Se les preguntó sobre la ciencia-ficción que conocen y si ésta era en formato cinematográfico, series de televisión o literario. Según sus resultados, en este colectivo también predomina el número de referencias a las películas de la saga de «La guerra de las galaxias», junto con «Regreso al futuro» y «Matrix», pero otras películas clásicas, como «Metrópolis», «Blade Runner», «2001: Una odisea del espacio» y «Yo robot», tienen muchas más referencias.
En general, el profesorado duplica a los alumnos al mencionar referencias a libros. «Un 38 % de las respuestas dadas se refiere directamente a la mejora en la motivación y el interés de los alumnos por las asignaturas de ciencias», subraya Solbes. A la vista de estos resultados, proponen actividades de aprendizaje basadas en películas o series de ciencia ficción para averiguar si dichas actividades conllevan una mejora en la imagen de la ciencia y de los científicos entre el alumnado.
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