CARRETERA
Era una mañana de día domingo y en una ciudad muy habitada se daba por inaugurada una nueva carretera que permitiría a los automovilistas viajar más rápido, la policía estaba muy contenta y el alcalde le propuso a un oficial de policía que regalara 1.000 dólares al automóvil 1.000 que pasara por la nueva carretera, se dio la oportunidad, y el oficial hace detener un carro y se expresa así:
- ¡Muy buenos días, señor!, tengo el agrado de comunicarle que usted ha ganado 1.000 dólares por haber sido el automóvil número mil de esta mañana, el oficial muy ansioso le dice:
- ¿Qué piensa hacer con el dinero?
El conductor le dice:
- Bueno, ya es tiempo para tomar lecciones de conducir y pagar mi licencia.
Mientras la esposa del conductor que estaba sentada al lado le dice:
- No le haga caso señor policía, si éste cuando se emborracha no sabe lo que habla.
El oficial de policía se enfureció y le dijo:
- En ese caso mi amigo, detenga el vehículo y bájese.
Y la suegra que estaba en el asiento trasero le dice:
- ¡Viste, te dije que no llegaríamos a ningún lado con un vehículo robado!
SEÑOR
Después de mucho examinar, el doctor le dice al paciente:
- Señor, lo que usted tiene, es que está muy estresado, por lo que le recomiendo tome unas vacaciones, salga a algún lugar, como a la playa.
A lo que el paciente le responde:
- Me parece una idea excelente, y ahora, ¿por qué no se lo sugiere al director de la cárcel?
DISCUSIÓN
Una mujer y su esposo discutían. Ella exclamó:
- ¡Soy la única mujer que te soporta!
- Pues cuando era soltero muchas chicas salían conmigo a pasear.
- ¡Con razón!, ahora comprendo porque tuviste que cambiar de novia tantas veces.
JAIMITO
En el colegio:
- Jaimito, cítame un ejemplo de injusticia.
- Sócrates por decir, solo sé que no sé nada, pasó a la posteridad; en cambio yo le dije a usted eso mismo el año pasado y me tocó repetir año.
MANICOMNIO
En el patio de un manicomio se encontraba un grupo de internos que se reían a intervalos. El director que hacía sus rondas se acerca curioso para ver que era lo que sucedía. Al acercarse, ve que un loco dice un número:
- ¡Doce!, e inmediatamente el resto del grupo se comienza a reír.
Al acabar las carcajadas del grupo, otro de los del grupo dice otro número:
- ¡Treinta y dos!, obteniendo, nuevamente, el mismo resultado del grupo ahí congregado, que se suelta a carcajadas.
El director les pregunta:
- ¿Qué es lo que está sucediendo?
A lo que uno de sus pacientes le contesta:
- Estamos contando chistes.
Aún más curioso, el director comenta:
- ¡Pero si sólo están diciendo números!
A lo que el mismo paciente le explica:
- Lo que pasa es que nos sabemos tantos chistes, que los hemos enumerado para ahorrarnos el tiempo de contarlos.
Ponderando esta explicación, el director decide probar su suerte y dice:
- A ver, dieciocho.
A lo que no recibe respuesta alguna del grupo, sino un silencio absoluto.
Anonadado vuelve a intentar.
- Veintidós.
Obteniendo la misma silenciosa reacción. Desesperado comienza a decir números uno tras otro sin lograr sacarle a ninguno de sus internos la menor sonrisa, hasta que por fin les pregunta:
- ¿Pero qué pasa? ¡Les he contado varios chistes y nadie se ríe!
A lo que uno de los locos le contesta:
- ¡Lo que pasa es que usted no tiene gracia para contarlos!
DOCTOR- Doctor, ¿usted cree que podré vivir 40 años más?
- Depende ¿usted parrandea con sus amigos?
- No, doctor.
- ¿Bebe?
- No, doctor.
-¿Fuma?
- No, doctor.
-¿Tiene pareja?
- No, doctor.
- ¿Sale con amigas de farra?
- No doctor.
- ¿Y para qué carajo quiere vivir 40 años más?
Era una mañana de día domingo y en una ciudad muy habitada se daba por inaugurada una nueva carretera que permitiría a los automovilistas viajar más rápido, la policía estaba muy contenta y el alcalde le propuso a un oficial de policía que regalara 1.000 dólares al automóvil 1.000 que pasara por la nueva carretera, se dio la oportunidad, y el oficial hace detener un carro y se expresa así:
- ¡Muy buenos días, señor!, tengo el agrado de comunicarle que usted ha ganado 1.000 dólares por haber sido el automóvil número mil de esta mañana, el oficial muy ansioso le dice:
- ¿Qué piensa hacer con el dinero?
El conductor le dice:
- Bueno, ya es tiempo para tomar lecciones de conducir y pagar mi licencia.
Mientras la esposa del conductor que estaba sentada al lado le dice:
- No le haga caso señor policía, si éste cuando se emborracha no sabe lo que habla.
El oficial de policía se enfureció y le dijo:
- En ese caso mi amigo, detenga el vehículo y bájese.
Y la suegra que estaba en el asiento trasero le dice:
- ¡Viste, te dije que no llegaríamos a ningún lado con un vehículo robado!
SEÑOR
Después de mucho examinar, el doctor le dice al paciente:
- Señor, lo que usted tiene, es que está muy estresado, por lo que le recomiendo tome unas vacaciones, salga a algún lugar, como a la playa.
A lo que el paciente le responde:
- Me parece una idea excelente, y ahora, ¿por qué no se lo sugiere al director de la cárcel?
DISCUSIÓN
Una mujer y su esposo discutían. Ella exclamó:
- ¡Soy la única mujer que te soporta!
- Pues cuando era soltero muchas chicas salían conmigo a pasear.
- ¡Con razón!, ahora comprendo porque tuviste que cambiar de novia tantas veces.
JAIMITO
En el colegio:
- Jaimito, cítame un ejemplo de injusticia.
- Sócrates por decir, solo sé que no sé nada, pasó a la posteridad; en cambio yo le dije a usted eso mismo el año pasado y me tocó repetir año.
MANICOMNIO
En el patio de un manicomio se encontraba un grupo de internos que se reían a intervalos. El director que hacía sus rondas se acerca curioso para ver que era lo que sucedía. Al acercarse, ve que un loco dice un número:
- ¡Doce!, e inmediatamente el resto del grupo se comienza a reír.
Al acabar las carcajadas del grupo, otro de los del grupo dice otro número:
- ¡Treinta y dos!, obteniendo, nuevamente, el mismo resultado del grupo ahí congregado, que se suelta a carcajadas.
El director les pregunta:
- ¿Qué es lo que está sucediendo?
A lo que uno de sus pacientes le contesta:
- Estamos contando chistes.
Aún más curioso, el director comenta:
- ¡Pero si sólo están diciendo números!
A lo que el mismo paciente le explica:
- Lo que pasa es que nos sabemos tantos chistes, que los hemos enumerado para ahorrarnos el tiempo de contarlos.
Ponderando esta explicación, el director decide probar su suerte y dice:
- A ver, dieciocho.
A lo que no recibe respuesta alguna del grupo, sino un silencio absoluto.
Anonadado vuelve a intentar.
- Veintidós.
Obteniendo la misma silenciosa reacción. Desesperado comienza a decir números uno tras otro sin lograr sacarle a ninguno de sus internos la menor sonrisa, hasta que por fin les pregunta:
- ¿Pero qué pasa? ¡Les he contado varios chistes y nadie se ríe!
A lo que uno de los locos le contesta:
- ¡Lo que pasa es que usted no tiene gracia para contarlos!
DOCTOR- Doctor, ¿usted cree que podré vivir 40 años más?
- Depende ¿usted parrandea con sus amigos?
- No, doctor.
- ¿Bebe?
- No, doctor.
-¿Fuma?
- No, doctor.
-¿Tiene pareja?
- No, doctor.
- ¿Sale con amigas de farra?
- No doctor.
- ¿Y para qué carajo quiere vivir 40 años más?
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