Berlín, Alemania.- Cuando Hildegard escuchó por la radio que su tapete había sido vendido por la casa de subastas Christie's en 7.2 millones de euros, casi se vuelve loca.
Esta alemana de 72 años sólo quería deshacerse de un viejo tapete que tenía en su departamento; una antigua subarrendataria se lo había heredado, pero a Hildegard no le interesó quedárselo.
Con un instinto por sacarle un poco de provecho, fue con un subastador para que le valorara la pieza.
"Ornato persa, antiguo, 900 euros", fue lo que el subastador puso en su catálogo de ventas en aquel otoño de 2010. A la descripción ni siquiera la acompañaba una foto.
Hildegard se dio por bien servida y no volvió a saber de su tapete hasta la primavera de 2011. No se enteró que el tapete fue vendido en una primera subasta por 19 mil euros, a un comprador de Hamburgo.
Ni tampoco que después este comprador, sabedor ya de la pieza en la que había invertido, la vendería a un precio más alto.
En Christie's el tapete fue comenzado a subastar por 350 mil euros y después de varios jaloneos se estaba vendiendo en poco más de 1 millón de euros.
Pero al final un comprador saudí ofreció 7.5 millones de euros y el tapete se convirtió en el tapete más caro de la historia.
Hildegard escuchó la noticia de la venta millonaria, se consiguió un abogado y ahora tiene demandado al subastador que le había valorado su pieza.
"Me siento engañada, siento que perdí dinero", señaló Hildegard en un tribunal alemán.
La señora está pidiendo una indemnización por la cantidad en que fue puesto en venta en Christie's, 350 mil euros, pero su subastador demandado sólo le ofrece 100 mil euros.
"No puedo ofrecer más, de otra forma tendría que declarar mi negocio en quiebra", dijo el subastador ante los tribunales.
El próximo 17 de enero se espera el fallo del juez para ver si se tiene que compensar a Hildegard y por cuánto.
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