LA CAZA
- ¿Cómo va la caza, don José?
- ¡Formidable, señora, formidable! Las liebres de a miles. Había tantas que ¡pum! ¡pum! ¡pum! Disparaba y disparaba una vez y otra, y otra, y otra, y otra y ¡pum! ¡pum!
Pero y, ¿Cómo cargaba la escopeta?
- ¿Cargarla? ¡No me daban tiempo!
BORRACHO
Una vez un borracho iba manejando, y estaba en una curva que tenía una flecha, y él siguió de largo y se estrelló. Al rato llega la policía y le dice:
- ¿Usted no vio la flecha?
Y el borracho le responde:
- ¡Y al indio que me la tiró tampoco!
SE ORINO

¡Compadre que borrachera agarraste anoche!, si hasta me orinaste el carro.
A lo que le contesta
- ¿qué paso, qué paso si abrí la puerta?
- Si compadre abriste la puerta pero estabas abajo del carro.
CUENTAS
Un doctor y un abogado estaban asistiendo a un cóctel cuando al doctor se le aproximó un hombre quien le pidió ayuda sobre como manejar su ulcera. El doctor murmuró un consejo médico, entonces se volvió hacia el abogado y preguntó:
- ¿Cómo manejas la situación cuando se te pide un consejo durante un evento social?
- Solo envía una cuenta por ese servicio, respondió el abogado.
A la mañana siguiente el doctor llegó a su consulta y emitió una cuenta por 50 dólares para el hombre del cóctel aproblemado por la ulcera. Esa tarde el médico recibió una cuenta por 100 dólares del abogado.
LOCO

- Ah, es que como estaba mojado yo lo colgué para que se secara.
OMBLIGO
Llega un tipo a una oficina del gobierno pidiendo trabajo. Se entrevista con el Jefe de Recursos Humanos y durante la entrevista se le escapa que carece de ombligo.
- No importa, responde el entrevistador.
El tipo piensa que no ha debido decirlo y dice apresuradamente:
- Pero soy una persona muy capaz.
El entrevistador responde:
- Mire amigo el no tener ombligo no es impedimento para trabajar, es más, esta usted contratado.
- Excelente, ¿cuál es el horario de trabajo?
- El horario es de 8 a 5, pero usted puede llegar a las 9 de la mañana.

- Yo ya le dije que no tengo ombligo pero capacidad sí la tengo.
- Sí, ya sé amigo, pero como en esta oficina se rascan el ombligo de 8 a 9, no tiene caso que llegue tan temprano.
LA MANO
Había una vez, un señor que vivía en el medio del campo y todas las noches le tocaban la puerta, pero él no atendía, hasta que un día atendió y dijo:
- ¿Quién es?
Una voz temerosa le contestó:
- La mano sangrienta, la mano sangrienta.
Él le respondió:
- ¿Qué quiere?
A lo que la voz del otro lado le dijo:
- Una curita.
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