
El padre que trabaja como taxista se enteró por casualidad de que su hijo se fugaba de la escuela para jugar a videojuegos. Un día, pasaba cerca de un cibercafé, vio a su hijo jugando y como castigo, lo encadenó a un pilar cerca de la casa.
Horas más tarde, cuando los vecinos vieron al chico encadenado, llamaron a la policía, que no tardó mucho en encontrar al taxista después de que el joven fuera puesto en libertad. Ha sido denunciado por abuso infantil.
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