jueves, 1 de noviembre de 2012

Xerostomía, o cuando el ‘desierto’ invade tu lengua

A primera vista no parece ser de gran importancia: así ocurre con muchas cosas con las cuales vivimos diario y estamos tan acostumbradas a ellas, que jamás nos preguntamos cuál es su utilidad. En este caso, la saliva tiene numerosas funciones en boca:
Lubricación.
Fonética (correcta pronunciación de las palabras).
Regulación de pH.
Formación de bolo alimenticio.
Deglución.
Refuerzo dental.
Es un medio de protección multifuncional para nuestro organismo. Mineraliza el esmalte dental para hacerlo más duro, diluye los ácidos que causan las caries, ayuda a la autoclisis dental (la limpieza que se hace con la lengua); es básica para digerir los alimentos y  para la lubricación del tracto digestivo; además, alberga muchas encimas que facilitan la digestión. La ausencia o disminución de saliva tiene innumerables repercusiones en tu calidad de vida. Puede producir:
Mal aliento.
Boca irritada.
Dificultad para alimentarte.
Caries.
Inflamación de encías.
Disminución del sentido del gusto.
Incluso depresión, ansiedad.
La xerostomía es cuando tu boca no produce la saliva que necesitas. Y es más común de lo que parece: se asegura que el 50% de las personas mayores de 60 años la padecen, y más del 90 por ciento de los pacientes hospitalizados la presentan. Aunque no se le considera a la xerostomía como una enfermedad; tiene muchas causas y es de suma importancia conocer algunas de ellas.
Se le atribuye principalmente al consumo de fármacos. Hay más de 400 de ellos que han demostrado producir xerostomía:
Antidepresivos.
Antihipertensivos.
Anticolinérgicos.
Antihistamínicos.
Diuréticos.
Algunas enfermedades como el síndrome de Sjögren, la diabetes, hipertensión, diarrea, o incluso déficit de vitaminas pueden ocasionar xerostomía, además de algunos tratamientos como radioterapias de cabeza y cuello o el consumir marihuana. Situaciones comunes que afectan al sistema nervioso como el estrés, la ansiedad, la depresión o la anorexia nerviosa, también pueden producir xerostomía.
Primero se revisa la causa, después, se estimula la salivación mediante olores y sabores, o mediante la masticación de chicle. ¿Quién no ha salivado al probar un jugoso limón? Para situaciones irreversibles se recetan medicamentos que promuevan la salivación, o incluso algunos sustitutos salivales e hidratación del paciente.
Consumir 2 litros de agua a diario puede disminuir las posibilidades de padecer xerostomía.

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