Un aventurero que se encuentra de viaje por el Tibet decide pedir alojamiento en un templo de monjes. Después de una hospitalaria acogida al visitante le asignaron una habitación que tenía tres ventanas. Presa de una irrefrenable curiosidad el huésped se va asomando, una tras otra, a las tres ventanas.
Por la primera ventana vio a todos los monjes desnudos con el pene sobre una gran mesa.
Por la segunda vio a una hermosa mujer desnuda, acostada en una cama.
Por la tercera vio a un monje colgado de una soga, ahorcado.
El hombre se quedó tremendamente intrigado ante estas visiones, y después de una noche de insomnio, a la mañana siguiente le preguntó a uno de los monjes sobre su experiencia.
El monje le contestó:
- En la primera ventana viste una ceremonia que hacemos todos los días y consiste en colocarnos desnudos con el pene sobre una gran mesa, luego soltamos una mosca y en el pene donde esta se pose es el ganador para pasar la noche con la hermosa mujer que viste en la segunda ventana.
- Y entonces ¿quién era el ahorcado?
-Ese era un desgraciado que ganaba siempre, hasta que descubrimos que se la untaba con miel.
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